Conductor de camión en el que murió un migrante guatemalteco se declara culpable
El conductor estadounidense que trasladó a 200 migrantes indocumentados desde México en un camión, con saldo de 10 muertos por asfixia, se declaró culpable.
El conductor estadounidense que trasladó a 200 migrantes indocumentados desde México en un camión, con saldo de 10 muertos por asfixia, se declaró culpable y será condenado en enero.
James Matthew Bradley, de 61 años, aceptó los cargos de conspiración para transportar a inmigrantes con resultado de muerte y su transporte al aceptar su participación en el incidente ocurrido en julio. Podría enfrentar una pena de cadena perpetua, luego de que la fiscalía desistiera de pedir la pena capital.
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Se espera que el juez anuncie su condena el 22 de enero.
La policía descubrió en el estacionamiento de un supermercado de San Antonio, en el estado de Texas (sur de Estados Unidos) a 39 inmigrantes ilegales que habían sido transportados en el camión.
Se declaró culpable
Los indocumentados contaron a las autoridades que en el camión viajaron 200 personas, entre guatemaltecos y mexicanos, y que se turnaban para respirar por un agujero debido al sofocante calor porque el sistema de refrigeración estaba roto.
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“Este caso es un flagrante recuerdo de que los traficantes de personas actúan por codicia y no les importa la salud y el bienestar de la gente”, declaró en un comunicado Shane Folden, miembro de la división de Investigación del Departamento de Seguridad Interior.
Un gran jurado federal condenó en septiembre en el mismo caso -por cargos de conspiración para traficar personas- a Pedro Silva Segura, de 47 años, quien vivía de forma ilegal en la ciudad de Laredo, en la frontera de Texas con México.
Por lo menos 17 lesionados, incluyendo dos niños en edad escolar, se encontraban en condiciones críticas, afectados por excesivo calor y deshidratación, dijeron las autoridades.
Los inmigrantes fueron hallados en la madrugada de ese domingo 22 de enero en el camión sin aire acondicionado en el estacionamiento de un supermercado Walmart en la ciudad de San Antonio, en el estado sureño de Texas, cerca de la frontera con México, después de que uno de los inmigrantes se acercó al supermercado a pedir agua.
Un empleado del supermercado les llevó agua y luego llamó a la policía, que encontró a 38 personas apiladas en el compartimento de carga del camión con el sistema de aire acondicionado descompuesto. Otro de ellos estaba en una zona cercana.
Un guatemalteco dentro de la víctimas mortales
El excanciller de Guatemala, Carlos Raúl Morales, confirmó el deceso de un guatemalteco entre los diez migrantes que murieron en el camión.
La cancillería identificó al guatemalteco muerto como Frank Fuentes, de 20 años, originario de la capital.
En el camión podrían haber viajado entre 70 y 200 personas, pues algunas fueron llevadas en seis camionetas negras que habían estado esperando al camión, de acuerdo a declaraciones de testigos que han hecho públicas las autoridades y que están descritas en una acusación presentada ante una corte federal.
El documento habla de un viaje de terror, con personas que tenían problemas para respirar mientras otras se desmayaban.
“La gente empezó a golpear las paredes del camión para llamar la atención del conductor. El conductor nunca se detuvo”, de acuerdo a uno de los sobrevivientes, que fue identificado solo como J.M.M-J. “Había un agujero en el camión y nos turnábamos para respirar por ahí”. No se sabe aún cuánto tiempo permanecieron allí.
“Muertes sin sentido”
J.M.M-J relató que es mexicano y parte de un grupo de 29 personas llevadas de manera ilegal a Estados Unidos. Ese grupo se unió a otras 70 personas que ya estaban en el camión.
De acuerdo a declaraciones de las víctimas, la persona que los llevó como contrabando dijo que “gente vinculada a los Zetas” (el cártel de droga) estaba ofreciendo protección para el viaje por México y a través de la frontera estadounidense, y que una vez que estuvieran en Estados Unidos él pagaría 5.500 dólares.
El conductor alegó que él no sabía que estaba transportando personas hasta que se detuvo en el Walmart para usar el baño y escuchó los ruidos y vio que el vehículo se tambaleaba.
Bradley explicó que él estaba llevando el camión de Iowa a Texas por órdenes de su jefe, e intentó conseguir ayuda cuando encontró a los inmigrantes, pero no llamó al 911, según dice el documento de acusación.
El secretario estadounidense de Seguridad Interior, John Kelly, lamentó las muertes “sin sentido” de los inmigrantes que, a su juicio muestra la “brutalidad” de los traficantes de personas.
“Esta tragedia demuestra la brutalidad de esta red de la que otras veces he hablado. Estos traficantes de personas no tienen ningún interés en la vida ajena, solo piensan en su propio beneficio”, dijo.
Kelly ha estado dos veces en México para tratar el tema de la inmigración ilegal, el contrabando de personas y el creciente comercio de drogas en la frontera.
© Agence France-Presse