Ciudad Guatemala

VIDEO: Pandillero “El abuelo” revela escalofriantes detalles de cómo opera La Rueda del Barrio 18


Alias El Abuelo cuenta cómo se ordenaron atentados desde prisión, incluso, se ordenó la matanza de niños y un funcionario de la PDH que trabajaba para ellos, los poderosos de la prisión: La Rueda del Barrio 18.

  17 mayo, 2018 - 01:18 AM

Él es Érick Contreras, alias el abuelo. Un pandillero arrepentido del Barrio 18, pero no un pandillero cualquiera: Se trata del exlíder de La Rueda del Barrio, algo así, como la comandancia general de una de las asociaciones ilícitas más sanguinarias de Guatemala y Centroamérica.

El abuelo, dejó la pandilla hace poco y ahora es colaborador del Ministerio Público. Confiesa abiertamente sus crímenes. ¿Por qué? porque según él, lo que inició como una guerra entre pandillas se ha convertido en una guerra contra el pueblo guatemalteco, donde las normas fijadas se han salido de control.

Ahora colabora como testigo clave en el juicio contra 23 pandilleros por diversos crímenes y al menos 133 asesinatos y unos 46 intentos de asesinatos, solo en dos años.

La historia de La Rueda del Barrio

Según la escalofriante narración, La Rueda del barrio nace entre los años 2000 y 2002, tras una serie de motines dentro de las prisiones, donde los pandilleros lograron que las autoridades les hicieran una cárcel exclusiva para miembros de clicas, lo lograron, se instalaron en Escuintla y ahí, se fortalecieron.

Dos o tres miembros representaban a cada una de las 60 clicas para organizar matanzas, asesinatos, extorsiones y otros actos delincuenciales, pero 120 personas mandando eran demasiadas así que se organizaron por áreas: zonas 5, 6, 18, Villa Nueva y Mixco. Los Solo para Locos y los Crazy Gánster por ser las clicas mayoritarias y con presencia en todo el país, no se incluyeron en esa clasificación. Juntos, tomaron posesión como la máxima autoridad del Barrio 18.

El Lobo, Krusty, Smurf, Speedy, Pato, Blasfemo, Criminal, Strong, Smoking, Rabbit, estos últimos dos fugados y otros que ya están muertos, gobernaban desde prisión, la mayoría se mantiene.

“Cada quién hace lo que quiere”

Desde el inicio, la norma siempre fue matar, a los pandilleros contrarios, a los traidores, a los que no querían entrar a la pandilla, a los que cometían errores, a los que no se animaban a matar, a delinquir. Sin embargo, cuenta El Abuelo que poco a poco, “Las reglas se fueron deteriorando y todos hacen lo que quieren”.

Por ejemplo, explica el pandillero. “Antes, si yo iba con mi familia, era solo a mi al que mataban, en cambio ahora, matan a todos”. La regla también era darle solo en la cabeza, porque era asegurar la muerte “De ahí no se levantan por otro”.

Las órdenes para cometer crímenes eran trasladadas -antes de los bloqueadores- por llamadas telefónicas, después debieron ingeniárselas con visitas de otros pandilleros o familiares, esposas, abogados. Se mandaban por claves para que el abogado no entendiera y solo ellos pudieran descifrarlas.

Confiesa crímenes y atentados

¿Quién era el máximo líder de La Rueda del Barrio? pregunta el fiscal, Era yo, responde a secas el pandillero, uno de los más antiguos en el grupo. Por eso cuenta con tanta propiedad lo que pasaba ahí dentro. Cuando se salió de la pandilla, asumió El Lobo. El abuelo, asegura que no congeniaba con extorsionar hasta el chilclero y con matar niños pero las decisiones, se ganaban por la mayoría de votos en la rueda.

Ordenaron varios atentados, afirma. Entre ellos, al Sistema Penitenciario porque comenzaron a “molestar”, ¿cómo? pues pedían mucho a cambio de dejarlos operar las fechorías, para tener el control total de las pandillas y vivir a sus anchas, explica. También tomaron represalias contra la PNC porque cuando hacían requisas les destruían sus cosas.

Contreras dijo a la juzgadora que el Barrio 18 ordenó el asesinato de unt rabajador de los derechos humanos que estaba al servicio de la pandilla. “Las muertes por las que les están juzgando ahorita no son ni 5 de todo lo que se ha hecho”, agrega a su testimonio.

Relata que fueron a tirar una granada al hospital de la PNC, que colocaron un carro bomba al Sistema Penitenciario, que ametrallaron a dos agentes del sistema penitenciario y a la esposa de uno de ellos, la descuartizaron y tiraron partes de su cuerpo frente al edificio de Radio Sonora, en la zona 15.

Consiguieron lanzagranadas con las que atacaron comisarías y atentaron en varias ocasiones contra el director de presidios. Cuando descuartizaban personas, las partían en 18 pedazos y los regaban por diferentes áreas para infundir terror a sus enemigos y a la población en general.

¿Cómo se financian las maras?

Esta respuesta era más que evidente: pues extorsionando, dijo a los fiscales. Los fondos para operar, añade Contreras, vienen de extorsionar negocios, el dinero, llega a los familiares de los presos que invierten en armas, carros, casas y lo que sea necesario para instalar negocios legales y así producir más dinero, en apariencia lícito.

Las ganancias se repartían entre las clicas que también se rotan las armas que se compran. Un arma de fuego se utiliza en varios atentados.

Las preguntas de la fiscalía continuaron: ¿Qué representa la mujer dentro del Barrio 18?

“Practicamente nada, solo son utilizadas, y cuando no hacen lo que quieren, las matan”. Las mujeres no pueden tener rango dentro de la pandilla, detalló alias El Abuelo.

En cambio los jóvenes sí. La mayoría de los reclutados son de escasos recursos, no tienen qué comer ni dónde vivir, la pandilla le ofrece comida, casa, dinero, “Se les dice que lleven a sus mujeres y familias que se las van a mantener”, así se recluta, según El Abuelo.

Este pandillero difícilmente logrará un beneficio de su colaboración con la justicia, por sus diversos crímenes confesos, no aplicaría más que a protección de su vida y de su familia. Al preguntarle por qué decidió colaborar con el Ministerio Público, asegura que porque está cansado de tanto cambio dentro de la pandilla.

El Mea Culpa

“Quería pedirle perdón al pueblo de Guatemala, antes no pensaba como pienso ahora. También decirle a los fiscales, a los juzgadores que tengan cuidado, esta gente es peligrosa. Y a los pandilleros que si un día pueden cambiar sus vidas, que lo hagan pues nunca es tarde… Me consta todo esto porque yo pertenecí a La Rueda del Barrio”

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