Ciudad Guatemala

El “Viejo Lázaro”, un santo a imagen y semejanza de Cuba


El Viejo Lázaro o San Lázaro de Betania es conocido como un santo muy poderoso y sus fieles le piden por sanación y bienestar a cambio de ofrendas y sacrificios físicos.

  08 julio, 2018 - 16:10 PM

¿Puede un santo unir a católicos, yorubas, laicos, agnósticos, emigrantes y residentes, revolucionarios y opositores? En La Habana, la nueva capilla al “Viejo Lázaro” evidencia la aceptación de la Iglesia y de la oficialidad de una fe clave en la reconciliación nacional.

En la bendición de la capilla, en marzo, estaban jerarcas de la Iglesia de Cuba y del Vaticano, así como representantes locales del Partido Comunista (PCC, único) y del gobierno. Creado por sus propios fieles, el “Viejo Lázaro” aglutina bajo su manto morado y en una sola figura la fe interconfesional en Cuba.

Sus fieles le piden sanación y bienestar a cambio de ofrendas y sacrificios físicos. En el salón de ofrendas hay desde objetos valiosos hasta grados militares de la guerra en Angola, donde sirvieron tropas cubanas.

“Es un santo muy poderoso, todo el pueblo de Cuba lo quiere y le pide mucha salud”, dice Osmel Morgan, un cubano de 34 años residente en Estados Unidos, que en cada visita le rinde culto.

Empuja la silla de ruedas de su madre, María Regla Cuervo (70). “Vengo a pedirle mucha salud, que nos ayude, y poder levantarme de este sillón de ruedas”, dice ella.

 

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Tres Lázaros en uno

La Iglesia trajo a Cuba la imagen de San Lázaro de Betania, resucitado por Jesús y quien presumiblemente llegó a ser obispo. Aún sigue en los templos.

Pero la Biblia también cuenta la historia de otro Lázaro, un mendigo leproso, con muletas, acompañado por perros, hambriento y que al morir fue al cielo. Con andaluces y canarios llegó a Cuba su imagen y el término “Lazareto” -popular en España, Francia e Italia-, que aludía a los sanatorios de leprosos.

En tanto, los esclavos africanos aportaron a Babalú Ayé, un rey yoruba castigado con enfermedades de la piel por su vida libertina, que devino orisha (dios) al cumplir penitencia y dedicarse a hacer el bien. Se le atribuyen milagros curativos.

“Este San Lázaro (cubano), esta devoción tan popular, tan querida que tenemos en Cuba, diría que es una síntesis muy interesante de (esas) tres figuras”, explica a la AFP el especialista Armando González, del Museo de Guanabacoa -con tradiciones afrocubanas-, profesor del instituto católico Padre Félix Varela.

“Producto de esa síntesis se ha creado esta figura tan característica de la religiosidad popular cubana, a la cual le llamamos el Viejo Lázaro”, dice.

Tomó del obispo su color morado y el día de su festividad, 17 de diciembre. Del mendigo leproso, su imagen desvalida. De Babalú Ayé sus poderes curativos y la severidad al castigar “con embolias y gangrenas” a los incumplidores de promesas.

“El cubano es interconfesional, tiene una religiosidad muy utilitaria (…) , practica una forma de religiosidad que de alguna forma se desmarca de las instituciones religiosas tradicionales”, dice González.

 

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La capilla del “Viejo”

El “Viejo Lázaro” nunca fue admitido en templos católicos y fue marginado durante tres décadas de ateísmo socialista (1961-90).

Hoy su capilla está en el jardín del Santuario Nacional de San Lázaro, un leprosorio de inicios del siglo XX devenido templo católico y lugar de peregrinación a unos 20km del centro de la capital. La imagen está escoltada por banderas de países donde residen cubanos, entre ellas, Estados Unidos.

A él llegan unas 10.000 personas los fines de semana y más de 80.000 el 17 de diciembre, aseguró a la AFP el joven sacerdote Elixander Torres (33), rector del Santuario.

El papa Juan Pablo II en enero de 1998 ofreció allí su homilía durante su visita a Cuba. Es un lugar visitado por autoridades, que desde entonces mantiene cordiales relaciones con la Iglesia.

“San Lázaro es un puente entre culturas, religiones (…) es un puente que no podemos desechar y que debemos emplear para evangelizar, para atraer a los fieles”, dijo Torres, promotor de la capilla.

Pese a la reticencia de “una mínima parte del clero”, Torres cree también que “cambian los tiempos, cambia el lenguaje y por supuesto la Iglesia también tiene que cambiar”.

El primer donativo llegó de un joven emigrado, Alejandro, quien pidió un Lázaro de brazos abiertos, dispuesto a cualquier hora a recibir peregrinos, cuando el templo está cerrado.

Pese a que la Iglesia como tal no acepta al “Viejo” como santo, el especialista González cree que igual “está reconociendo que esa devoción popular debe ser respetada y de alguna forma tenida en cuenta”.

 

 

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Obispo Negro

Casi en simultáneo con la capilla de Lázaro, el sacerdote afrocubano Silvano Pedroso se convirtió en el primer obispo negro en la isla en 500 años, en un país de alto mestizaje. El papa Francisco le entregó la jurisdicción de Guantánamo-Baracoa.

El rector Torres dijo que al enterarse, “enseguida mandé a tocar las campanas”. El obispo Pedroso declinó hacer comentarios a la AFP.

Para el académico comunista Esteban Morales, experto en temas raciales, ambos hechos muestran una rectificación eclesial. “Ahora se dan cuenta y comienzan a rectificar todo eso, es señal que quieren acercarse al pueblo”, dijo.

El deshielo entre Cuba y Estados Unidos inició el 17 de diciembre de 2014, cumpleaños de Francisco y día de la festividad de Lázaro, a quien muchos cubanos no dudan en atribuirle el milagro.

Con información de:

© Agence France-Presse 

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