Redacción / BBC News Mundo
El presidente estadounidense Donald Trump lo celebró como una victoria propia.
El mandatario felicitó al gobierno de México por intentar detener el paso de miles de migrantes centroamericanos, la mayoría de Honduras, en su marcha rumbo a Estados Unidos.
“¡Quiero agradecer a México y a los líderes de México, que han sido increíbles! (…)¿Y saben por qué (detuvieron a los migrantes)? ¡Porque ahora México respeta el liderazgo de Estados Unidos!“, dijo Trump en un mitin político el sábado en Nevada, al Oeste del país.
La marcha de centroamericanos, muchos de ellos mujeres y niños, fue detenida el viernes por fuerzas policiales de México, las cuales llegaron a emplear gases lacrimógenos y escudos antimotines para frenar el avance de los migrantes.
Cientos quedaron atrapados en el puente sobre el río Suchiate, que une a Guatemala con México, mientras que cientos más pasaron por el río. Finalmente, algunos lograron ingresar a territorio mexicano y continúan su periplo hacia EE.UU.
Otros decidieron aceptar la oferta del ejército guatemalteco de llevarlos de regreso a Honduras en buses.
Pero el uso de la fuerza pública por parte del gobierno mexicano no fue bien visto por muchos en el país.
Políticos, líderes sociales, analistas y figuras públicas criticaron que México se convirtiera en una suerte de “policía migratoria” que sirve a intereses de EE.UU. y su presidente.
“El Estado mexicano debe actuar con la mayor sensibilidad y responsabilidad para que la caravana migrante no desemboque en una crisis humanitaria de proporciones alarmantes (…) Debemos ser la bisagra, no el muro fronterizo“, dijo en Twitter el senador Ricardo Monreal, líder de la mayoría en el Senado.
Peña Nieto defendió las acciones de la policía el viernes en un mensaje televisado: “Como cualquier país soberano, México no permite ni permitirá el ingreso a su territorio de manera irregular y, mucho menos, de forma violenta“.
Comparto el posicionamiento del Gobierno de la República en torno a la #CaravanaMigrante. pic.twitter.com/NvHPglBPi4
— Enrique Peña Nieto (@EPN) October 20, 2018
Sin embargo, los críticos señalan que, durante la última década, los esfuerzos de los gobiernos de México y Estados Unidos se han enfocado en implementar controles más estrictos de la frontera mexicana con Guatemala, en especial la persecución de migrantes.
Y eso se ha reflejado en el incremento de las detenciones en la frontera sur y a lo largo del país.
“El muro no es de ladrillo y hormigón, sino de gente, de cuerpos de seguridad del Estado”, le dijo a BBC Mundo Salvador La Cruz, del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, al evaluar la problemática.
El gobierno de Enrique Peña Nieto implementó en 2014 el plan “Frontera Segura”, el cual se presentó como una reestructuración de la política migratoria en la frontera con Guatemala, un paso obligado de los migrantes centroamericanos.
El nuevo enfoque marcó como prioridades el lograr un paso “formal y ordenado” de migrantes, brindarles “mayor seguridad” ante la violencia criminal creciente y el otorgamiento de documentos de tránsito.
Sin embargo, como señalaron en ese momento Christopher Wilson y Pedro Valenzuela, del think thank Wilson Center, la estrategia de reforzamiento de seguridad venía desde tiempo atrás con un acompañamiento a la política migratoria de EE.UU.
“Estados Unidos ha incrementado su compromiso con México en temas relacionados con la frontera sur, en gran parte a través de la Iniciativa Mérida“, firmada en 2008 entre el los presidentes de México, Felipe Calderón, y de EE.UU., George W. Bush, dice el informe de Wilson y Valenzuela.
El Servicio de Investigación del Congreso de EE.UU., citan los autores, documentó que ese país proporcionó a México US$6,6 millones en “equipos de inspección no intrusivos” y US$3,5 millones en “quioscos móviles, operados por el Instituto Nacional de Migración de México, que captan la información biométrica y biográfica” de migrantes.
El Departamento de Estado de EE.UU. también ofreció capacitación a patrullas fronterizas, equipo de comunicaciones y apoyo para el desarrollo de la movilidad aérea y vigilancia de México, según el reporte.
A partir de la implementación del plan Frontera Segura, las estadísticas oficiales muestran que la detención de migrantes se incrementó entre 2014 y 2016, al pasar de 119.714 centroamericanos detenidos en 2014 a 179.618 el siguiente año.
Patrullajes en las carreteras de los estados de Chiapas y Tabasco, con militares y funcionarios migratorios, logran la captura de 66% de los migrantes que entran de forma indocumentada al país, según la Unidad de Política Migratoria mexicana.
Para algunos políticos y analistas del fenómeno migratorio centroamericano, la política de contención que han implementado los últimos dos presidentes mexicanos explica el momento actual.
“En materia de drogas hemos hecho el trabajo sucio de EE.UU. ¿También lo haremos en materia migratoria?”, cuestionó el analista José Antonio Crespo al referirse al agradecimiento de Trump a México.
La politóloga Denise Dresser también objetó el trato hacia los centroamericanos: “¿Y luego con qué cara reclamamos el maltrato a nuestros migrantes cuando intentan cruzar la frontera estadounidense, en busca de oportunidades que no encuentran en su propio país?”.
Por su parte el exembajador de México en EE.UU. Arturo Sarukan criticó la actitud de xenofobia de algunos mexicanos: “Triste ver que en un país expulsor de migrantes como el nuestro haya muchas voces en estos días y en esta red exigiendo se cierre el paso a migrantes centroamericanos y que se les culpe de elevar crímenes en el país”.
A su vez, el presidente de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, dijo en Twitter: “México no es Nuevo México. Basta de agresiones contra los migrantes centroamericanos de la Caravana Migrante. Debiéramos respetar rigurosamente sus derechos humanos, protegerlos y acompañarlos en su caravana”.
Sin embargo, en el estado de Chiapas (donde se encuentra la caravana) se vieron gestos espontáneos de solidaridad de mexicanos comunes que daban comida y bebida a los caminantes.
El caricaturista mexicano Antonio Helguera sintetizó en un dibujo lo que señalan muchos críticos.
El dibujo, político, publicado en el diario La Jornada este sábado, tiene como figura al presidente de EE.UU., Donald Trump, vestido de policía, con un escudo antimotines en una mano y una bandera de México en la otra. Un pequeño cartel dice en inglés “Prohibido el paso”.
Peña Nieto en su mensaje reconoció que México es un país “que conoce y vive los retos de la migración”.
Sin embargo, también planteó de forma inusual que los migrantes deben contar con un visado proporcionado por México para poder acceder a su territorio, como lo exige EE.UU.
“Toda persona que deseara ingresar a territorio nacional podría hacerlo siempre y cuando contara con documentos de viaje y una visa concedida por México“, señaló.
Y el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, prometió este miércoles que se entregarán visas de trabajo a los migrantes centroamericanos que deseen permanecer en el país.
Pero esas declaraciones contrastan con una escena este sábado en la frontera con Guatemala: los mismos policías federales mexicanos se limitaban a observar el paso cotidiano de los migrantes por el río, algo que ninguna política en el pasado ni en el presente ha podido detener.