Ciudad Guatemala

Familia: 5 frases que no debes decir a tus hijos cuando lloran


Cuando tus hijos lloran no necesariamente es por berrinche y si así lo fuera, una mala respuesta puede arruinar la relación de confianza con tus pequeños.

  26 mayo, 2017 - 16:59 PM

El llanto o lloriqueo es una herramienta utilizada por los niños muchas veces para llamar la atención de sus padres. También es una respuesta a las situaciones que no puede controlar o evitar, ya sea tener hambre, sueño o cansancio.

Estas lágrimas y quejidos pueden resultar desesperantes a los padres y los puede llevar a cometer errores y decirles cosas equivocadas que pueden dañar su autoestima.

Si tu hijo llora… ¡nunca le digas estas frases! 

niño está llorando

“No llores” o “deja de llorar de una vez”. Con estas frases estamos enseñando a los niños que llorar es malo. Si regañamos a los niños por llorar comenzarán a reprimir sus emociones, a no mostrarlas ni exteriorizarlas, y esto les llevará a ser adultos que no manejan bien sus sentimientos, no sabrá controlar sus emociones. ¿Qué hacer? Es preferible preguntarle por qué llora, darle apoyo, abrazarle y hacerle sentir querido.

“Si seguís llorando te voy a dar yo para que llores por algo”. Estamos amenazando al niño con un castigo físico, si además lo llevamos a cabo estamos incurriendo en un gran error que es educar con violencia y admitir la agresión como parte de la educación del niño. Estaremos dando pie para que ellos mismos empleen la violencia como respuesta ante determinadas situaciones. ¿Qué hacer? Darle nuestra atención y mostrar que nos preocupa lo que le ocurre, decirle que puede contarnos por qué llora y le ayudaremos a solucionarlo.

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no tiene sexo, lloran las niñas, lloran los niños e incluso lloran los adultos. Es la expresión de una emoción que no es mala ni pertenece al sexo masculino o femenino. ¿Qué hacer? Evitarlas siempre y educar a los niños en la igualdad.

“No exageres, no es para tanto”. Estamos restando valor a las emociones y acontecimientos que pueden hacer llorar a un niño. Si le decimos que no es para tanto lo que les sucede, ya sea que llore por no ir al parque o porque se le rompió su muñeco favorito, estamos lanzando un mensaje. No les estamos dando la comprensión, ni el apoyo que necesitan. Por lo tanto, no acudirán a nosotros cuando les suceda algo. ¿Qué hacer? Ser siempre esos oídos y hombro en el que llorar y poder desahogarse, hacerles saber que pueden contarnos sus problemas y estaremos allí para comprenderles.

“Si seguís llorando mejor andate de acá, fuera de mi vista”. Lejos de fomentar un vínculo con el niño, estamos creando desapego. Estamos diciendo a los niños que cuando lloran, no pueden recurrir a nosotros, que no estaremos para atenderles o escucharles. ¿Qué hacer? Comprender a los niños, reconocer que su falta de madurez o un mal momento pueden llevarle a tener un berrinche y que lejos de apartarle de nuestro lado, tenemos que acercarle aun más, abrazarle y decirle cuánto le queremos.

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