La palabra nos remonta a un estilo periodístico
Tal vez Gonzo nos suena nada más como a Muppet. Y sí, lo es. Pero más allá, la palabra nos remonta a un estilo periodístico (Periodismo Gonzo).
Tal vez Gonzo nos suena nada más como a Muppet. Y sí, lo es. Pero más allá, la palabra nos remonta a un estilo periodístico (Periodismo Gonzo) cuyo padre es el universal Hunter S. Thompson.
Era un personaje. Le gustaba usar camisas hawaianas holgadas, nada combinadas con pantalonetas y unos lentes estilo Top Gun, de cristal claro. Y, lo que más trascendió de su carrera, es que tenía una postura muy personal sobre el periodismo. Creía que el periodista debía ser un personaje de la historia que narraba, he ahí la magia del periodismo Gonzo.
Tenía pinta de poeta maldito, porque creía que debía escribir con los sentidos desarraigados. De ahí surge el nombre de su libro “Pánico y locura en Las Vegas”, en que narra cómo, a través de los excesos – en todo sentido – encontraba historias sobre las cuales escribir.
Claro, ganó muchos detractores con sus métodos, pero también una fanaticada casi religiosa. Hunter S. Thompson era un viajero, que lo dejaba todo en cada ciudad que visitaba.
Una vez entró pateando la puerta de una habitación. En una mano tenía una picana para ganado, chispeando electrones; y en la otra, tenía una pistola Taser, también encendida. Era él todo electricidad, literalmente.
Entró al cuarto y, empujando a un jóven, le dijo: ¡quítate, a menos que quieras recibir de mis toques! Ese joven era Johnny Deep, quien desde esa gloriosa entrada lo vio como un ídolo, que marcó sus más insignes farras.
Se volvieron muy amigos y Deep le hizo un par de homenajes. El primero fue una interpretación de Thompson en la película “Pánico y locura en Las Vegas”, recreando todo lo que el viejo escritor había vivido en la Ciudad del Pecado; y el segundo, fue en 2011. Una película inspirada en “Los diarios del Ron”, también del escritor.
Al fallecer Thompson en 2005, Deep le hizo todo un homenaje que le valió unos 3 millones de dólares. Quizá lo que valía su amistad.