El Chelsea abre su vitrina para depositar una segunda Europa League, que acompaña a la obtenida en 2013 de la mano del preparador español Rafa Benítez contra el Benfica.
Los aficionados del Chelsea y del Arsenal lamentaron estos últimos días el costo y la logística compleja ligados a la organización de la final, a 4.500 kilómetros de Londres.
Para el Arsenal será además la ocasión de conquistar un segundo título europeo, después de su éxito en 1994 en la desaparecida Recopa de Europa.
Por un lado, los Blues, que sueñan con ofrecer un último título a su estrella belga Eden Hazard, que puede irse al Real Madrid, después de siete fructíferos años.
El equipo londinense aspirará a un sexto título europeo, ya que además conquistó la Liga de Campeones en 2012, la Supercopa de Europa en 1998 y la desaparecida Recopa en 1971 y 1998.
Fuentes del Arsenal, que jugará su primera final europea en 13 años, explicaron a la AFP que se han retornado 2.200 entradas, mientras que el Chelsea sólo habría vendido 2.000 de los 6.000 boletos que disponía.