El último suspiro del día

Existen en nuestro mundo muchas maravillas, algunas de estas son La estatua Cristo Redentor, en Río de Janeiro, Brasil y El Coliseo de Roma, en Italia, pero muchas pasan desapercibidas, como el atardecer.

En lo personal los atardeceres son un espectáculo y siempre que tengo la oportunidad no me lo pierdo. Es gratis y es de todos los días…

En nuestras playas o en la ciudad un atardecer nos relaja, nos da paz y sobre todo podemos percibir con todos nuestros sentidos lo que nos rodea, siempre y cuando apaguemos el celular.

Los atardeceres no solo son una obra de arte natural para admirar si no también nos brindan varios beneficios espirituales. Nos dejan una energía en nuestro ser que crea un enorme bienestar a nuestro alrededor. Por lo tanto nuestros cuerpos empiezan a cambiar y a estar más relajados como deberíamos de sentirnos siempre. Así que paremos esa incesante búsqueda de rincones y espacios para darle sentido a la vida, ahí no podremos encontrar lo que nos hace falta. La respuesta está ante nuestros ojos, donde la tierra hace su último suspiro del día.

• Por: Pedro Ochandiano