Horas más tarde, los charcos de sangre todavía salpicaban los pasillos de la cárcel.
Parecen platillos voladores y parece que no hay una sola explicación de por qué aparecen allí.
El Hospital Ignacio Zaragoza de la capital mexicana alquiló durante una semana un camión refrigerador para depositar cuerpos de fallecidos con covid-19 debido a la saturación de sus depósitos y al colapso de las funerarias.
Un farmacéutico indio murió, y su jefe fue hospitalizado, tras haber tomado una bebida a base de plantas que prepararon con la esperanza de que pudiera curar la COVID-19, informó este sábado la policía.
Magnolia, Cira, Toshi e Isabel fueron algunas de las 315 residentes del centro para ancianos The Palace Renaissance & Royal, de Miami, que este sábado vieron por primera vez a sus familiares en casi dos meses por culpa de la pandemia por coronavirus, aunque lo hicieron a distancia.