Ciudad Guatemala

No hay evidencia de que el uso de la mascarilla o cubrebocas provoque cáncer


Varias publicaciones que circulan al menos desde el 30 de mayo pasado en redes sociales y se han compartido miles de veces aseguran que el uso de cubrebocas puede crear un “cultivo de bacterias”, provocar hipercapnia y generar acidosis, repercutiendo en que el usuario contraiga cáncer. Los expertos consultados por la AFP señalan que la primera afirmación es verdadera, aunque se soluciona con medidas de higiene adecuadas, y que las otras dos son falsas.

  01 agosto, 2020 - 18:30 PM

“Las mascarillas son dañinas”, aseguran varias publicaciones en Facebook, compartidas más de 8.700 veces. En algunos casos, el texto es acompañado por un dibujo de lo que parece ser un zombie con tapabocas (1, 2, 3, 4, 5). En otras, se enlaza un artículo que contiene las mismas advertencias, atribuyéndoselas a un supuesto médico italiano llamado Stefano Montario (1, 2, 3, 4, 5).

Las publicaciones indican que el uso prolongado de mascarillas pueden generar un “cultivo agradable para bacterias, hongos, parásitos”, provocar hipercapnia (aumento de dióxido de carbono en la sangre) y producir acidosis, lo que puede desembocar en “incubar cáncer”. El texto también circuló en Twitter (1, 2, 3).

Captura de pantalla realizada el 23 de junio de 2020 de una publicación en Facebook

Un ambiente para bacterias – Verdadero, pero…

“El vapor que emitimos moja la mascarilla, creando un cultivo agradable para bacterias, hongos, parásitos, que están en el aire y se pegan a la mascarilla. Los respiramos y los vamos paseando por todos lados. También entran por la nariz y la boca”.

Los expertos consultados por la AFP sobre esta afirmación coincidieron en que hay parte de verdad en ella, aunque la aparición de hongos o bacterias es evitable respetando la higiene y duración de las mascarillas.

Por ejemplo, el doctor Daniel Pahua, académico de Salud Pública de la Universidad Autónoma de México (UNAM), señaló: “Es factible que se dé esta situación, porque la función del tapabocas es servir como barrera para que no se disipen las gotitas de saliva cuando hablamos o tosemos. En condiciones normales los humanos tenemos bacterias normales en la boca y la cavidad nasal, y cuando hablamos, expulsamos gotitas de saliva. Ahí puede haber hongos o bacterias que se van a alojar en el cubrebocas”.

Sin embargo, “la mayoría de esos agentes no producen una enfermedad, porque son bacterias que tenemos en nuestra boca. A menos que seamos nosotros los que tenemos una enfermedad”, apuntó. “Si estoy libre de agentes patógenos y alguien me habla, tose o estornuda, eso va a quedar en la parte externa del cubrebocas”, destacó Pahua.

Por eso, consideró importante “que si uno utiliza un cubrebocas desechable, debe usarlo una sola vez y lo tiene que desechar”. En el caso de la mascarilla de tela, “igual tiene sus especificaciones: se tiene que lavar con agua y jabón, desinfectar en agua con cloro”.

El profesor asociado en Políticas de Salud de la Universidad Austral de Chile Claudio Méndez señaló a AFP Factual que “cuando una persona habla a través de la mascarilla genérica [es decir, de tela], el vapor disminuye la protección y la humedad provoca menor duración”.

“Cuando se usa una mascarilla genérica se recomienda el lavado de la misma porque es la que tiene menos protección”, señaló Méndez.

Sin embargo, el especialista señaló que las bacterias no se alojan solo en un cubrebocas humedecido y explicó: “Los seres humanos de por sí tenemos en nuestro organismo bacterias colonizadoras que conviven en nuestro cuerpo hasta que muchas veces, por disminución del sistema inmune, provocan alguna enfermedad”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), en tanto, tiene en su página web una sección dedicada al uso apropiado de tapabocas. En ella, recomienda lavar las mascarillas de tela “con jabón o detergente y preferiblemente con agua caliente (al menos 60 grados) como mínimo una vez al día” y desechar las médicas o quirúrgicas después de usarlas.

Un hombre con cubrebocas en un centro comercial de Montevideo el 9 de junio de 2020

Las mascarillas producen hipercapnia – Falso

“El anhídrido carbónico, que soltamos al respirar, vuelve a entrar en los pulmones, en la sangre, alimentando a las células con desecho, en lugar del oxígeno, y produce una saturación de anhídrido carbónico en la sangre (hipercapnia)”.

La hipercapnia es un síndrome consistente en el aumento de dióxido de carbono (también llamado anhídrico carbónico) en el flujo sanguíneo, que afecta principalmente a las personas con enfermedades respiratorias. Puede provocar que el pH de la sangre se torne más ácido, lo que dificulta el ingreso del oxígeno a la sangre. Los expertos consultados por AFP Factual en una verificación anterior sobre esta cuestión descartaron que el uso de tapabocas pueda producir este síndrome.

El doctor Pahua explicó que el uso de la mascarilla por sí solo no deriva en una hipercapnia, “a menos que el paciente tenga un problema funcional, pero ahí no sería por el uso de los cubrebocas”.

El docente del programa de fisiopatología de la Universidad de Chile Emilio Herrera señaló que la hipercapnia “es imposible en una persona sana y consciente”. “Lo único que lo produce es la depresión ventilatoria”, es decir, respirar menos de lo que deberíamos al punto de acumular CO2, explicó el médico.

Por su parte, el epidemiólogo del Instituto Nacional de Salud de Colombia Carlos Pinto aseguró que no hay evidencias que avalen esta afirmación porque las mascarillas “no son completamente ajustables al contorno facial y es poco probable que el público en general utilice el tapabocas durante un período prolongado, que no sea por períodos cortos fuera de los hogares”.

Si el uso de tapabocas generara una saturación de anhídrico carbónico, la mayoría de los médicos estarían “prácticamente desmayándose todos los días”, dijo Méndez, de la Universidad Austral de Chile.

La hipercapnia genera acidosis y ésta deriva en cáncer – Falso

“Por esta saturación, se empieza a producir acidosis, que es lo ideal para incubar Cáncer y docenas de otras enfermedades”.

Méndez también descartó que el uso de cubrebocas pueda generar acidosis, un exceso de ácido en los líquidos del cuerpo. “De lo contrario, podría provocársele a las personas que trabajan en las unidades de cuidados intensivos con mascarilla N95”, insistió.

Pahua, de la UNAM, coincidió con Méndez: “el uso de cubrebocas no provoca acidosis, debido a que sirve para retener partículas sólidas, no para retener gases. Para ese tipo de exposiciones se requiere de otro tipo de instrumentos que tienen una filtración mucho mayor. Ni siquiera los N95 sirven para retener gases”.

Los expertos descartaron asimismo la asociación de los cubrebocas con la posibilidad de desarrollar un cáncer.

Méndez indicó que “asociar el uso de una mascarilla a provocar cáncer es desconocer que hay mucha evidencia de productos químicos, incluso los basados en la industria alimentaria, que pueden provocarnos cáncer”. Antes, es conveniente “enumerar todos los factores de riesgo, y a veces la carga genética” de la persona que es diagnosticada. Y añadió que “la contaminación ambiental en muchas ciudades de Latinoamérica es más riesgosa para provocar cáncer o problemas respiratorios” que colocarse una mascarilla.

Pahua, de la UNAM, señaló que “de ninguna forma” se puede asociar los cubrebocas con el cáncer. “No existe evidencia científica de ningún tipo”, señaló.

En su sitio web, la OMS no advierte sobre el supuesto peligro de producir acidosis o de la supuesta relación entre las mascarillas y el cáncer.

¿Quién es Stefano Montanari?

Captura de pantalla realizada el 23 de junio de 2020 de una publicación en Facebook

Algunas de las publicaciones incluyen el enlace a una entrada de un blog en la que se atribuyen estas advertencias sobre los tapabocas a a “Stefano Montario”. El blog adjunta un video de un hombre que hace estas recomendaciones en italiano. Una búsqueda en Google reveló que el verdadero apellido de la persona es Montanari, quien se presenta en su página web como “graduado en Farmacia en 1972 con una tesis en Microquímica” de la Universidad de Módena en Italia. En el portal de esta institución figura como autor de algunos artículos.

La página de Montanari señala asimismo que es director científico del laboratorio Nanodiagnostics de Módena y dice que “ha llevado a cabo un intenso trabajo de difusión científica en el campo de la nanopatología, especialmente con respecto a las fuentes de contaminación por polvos ultrafinos”.

El 25 de marzo de 2020, la iniciativa italiana “Pacto transversal por la ciencia”, conformada por científicos y docentes universitarios italianos especializados en ramas como la Virología o la Epidemiología, informó que presentó una denuncia contra Montanari ante la Fiscalía de Módena y Ancona por “las graves afirmaciones sobre la propagación, contención y tratamiento del SARS-CoV-2 y la enfermedad COVID-19 y por las tesis de conspiración antivacunas, contenidas en varios videos y entrevistas del mismo”.

En conclusión, es falso que el uso de cubrebocas produzca hipercapnia y que esto pueda llevar a contraer cáncer. Aunque es cierto que los cubrebocas pueden alojar bacterias, el cultivo de las mismas se puede evitar respetando las normas de uso e higiene de los distintos tipos de mascarilla.

Esta verificación fue realizada en base a la información científica y oficial sobre el nuevo coronavirus disponible a la fecha de esta publicación.

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