Ciudad Guatemala

¿Te gusta complicarte la vida?


Complicarse la vida, es a veces muy sencillo. Y lo peor es que no siempre somos conscientes de ello y lo hacemos de manera completamente innecesaria.

  22 marzo, 2019 - 16:57 PM

¿Por qué buscamos problemas donde realmente no los hay? ¿Por qué, además, cargamos muchas veces con los problemas de los demás? Y encima, ¿por qué cuando realmente aparece un problema nos asustamos e intentamos evitarlo?

¿Por qué complicarse la vida si no es necesario?

 Las personas somos complicadas, y unas más que otras. Dentro de cada uno de nosotros llevamos una mochila en la que pesan los recuerdos, las experiencias, la educación que hemos recibido… y muchas veces a la larga, nos perjudican y nos crean prejuicios y problemas, donde realmente no los hay.

 Pero además, lo más curioso de todo, es que cuando llega un problema de verdad, tendemos a evitarlo, huimos de él, sentimos miedo. 

 Poco a poco los pensamientos no nos dejan vivir, están dando vueltas y más vueltas en nuestra cabeza, martilleando. Empezamos a entrar en una espiral en la que vivimos más para nuestra mente, que para nuestra vida real.

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¿Cómo dejar de complicarse la vida?

 Todo puede cambiar si queremos… Podemos entrenar poco a poco nuestra mente, igual que entrenamos nuestros músculos. ¡Ya es hora de dejar de complicarnos la vida por tonterías!

 ¿Quieres dejar de complicarte la vida? Pues si te lo propones, poco a poco puedes cambiar. Eso sí, todo requiere un esfuerzo. 

1. Dale la importancia justa a las cosas

Preocúpate cuando realmente sea necesario. Deja de darle importancia a cosas que realmente no la tienen como ¡ya he perdido el autobús!, y la frase que siempre añadimos detrás: ¡qué mala suerte tengo!

 

2. Perdónate y perdona a los demás

Muchas veces nos sentimos culpables de alguna cosa que hemos podido hacer mal con alguien y no dejamos de castigarnos por ello o, por el contrario, no perdonamos el fallo que han podido cometer los demás.

 No perdonar nos estanca y no nos permite avanzar, pero perdonar nos libera. 

 

3. Desconecta de las preocupaciones

Empieza ya a aprender que cuando acaba el trabajo, acaba. Si vuelves de un hospital de visitar a un familiar querido, si un amigo te ha estado contando un problema etc, cuando vuelvas a casa no sigas “hablando” en lo mismo.

 

4. Aclara tus diferencias con los demás

Si tienes problemas con alguien, si has tenido un malentendido y no dejas de darle vueltas a la cabeza, lo mejor es que hables con esa persona. Aclara tus diferencias, te habrás quitado un peso de encima. También es importante que aceptes a los demás tal y como son y que elijas como amigos a las personas que te hacen sentir bien. Recuerda que no somos nadie para imponer nuestra visión a los demás y mucho menos para exigirles que sean de una determinada manera.

 

5. Adopta frases de cabecera

Empieza a pensar frases del tipo “la caridad bien entendida empieza por uno mismo”, “no puedo estar siempre preocupado por cosas que no merecen la pena”, “la vida son dos días y yo los paso pensando, no puedo seguir así”. Busca las que más se encuentren en sintonía contigo y repítelas en tu interior con frecuencia.

 

6. Reconoce tus errores sin martirizarte y ríete de ti mismo

Todos nos equivocamos, ¡no pasa nada!, tú también. Aprende de tus errores y continúa el camino.

 Recuerda que la vida es un juego y así hay que tomarla. Unas veces se gana y otras se pierde. Pero tan divertido es ganar como muchas otras veces perder… a veces incluso, aprendemos y nos fortalecemos más. De poco sirve complicarse la vida inútilmente.

 

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