[Viva La Noticia] Situación de las Cárceles en el País
¿Qué les lleva a cometer este tipo de crímenes dentro de un centro carcelario?
Luego de los sucedido en la cárcel de Cantel, en Quetzaltenango, en Viva La Noticia analizan con expertos los hechos, carencias y situaciones que podrían desembocar a este tipo de asesinatos.
Falta de personal de seguridad
Durante entrevistas realizadas en marzo del presente año, Eddy Morales, exdirector del Sistema Penitenciario, explicó que se debe tomar en cuenta que en este momento la capacidad de los guardias no es suficiente para controlar los 21 centros carcelarios del país. Además, señala que se debe tomar en cuenta la idoneidad y vocación del agente, debido a que, si se llenan las plazas de forma improvisada, solo por llenar, existe el riesgo de que se infiltren personas con vínculos con el crimen organizado.
“Uno de los requisitos de los guardias es tener como mínimo bachillerato y no es común encontrar mucha gente interesada que tenga ese nivel de estudio. Aparte de eso, se les podría infiltrar un montón de gente que posiblemente esté conectada con las estructuras criminales adentro. Hay que tener cuidado. No es la cantidad, sino la calidad”, recordó Morales.
De acuerdo con el estándar internacional registrado por Prensa Libre, un guardia debe estar a cargo de cinco privados de libertad. No obstante, la población reclusa en Guatemala es de 25 mil 44 reos, distribuidos en 10 mil 956 hombres y mil 419 mujeres en prisión preventiva, y 11 mil 278 hombres y mil 391 en cumplimiento de condena, lo que hace que, en promedio cada guardia penitenciario sea responsable de 20 reclusos.
De esta cuenta, la Dirección General del Sistema Penitenciario (DGSP) intenta reducir la deficiencia en el personal que está a cargo de la seguridad en las cárceles y durante el año esperan contratar a mil agentes, informó Jerónima Álvarez, portavoz de la institución carcelaria.
El déficit de agentes penitenciarios no se debe a la falta de personas que quieran desempeñarse en estos puestos, de hecho, se han graduado dos promociones en años anteriores y no los han contratado por falta de recursos económicos.
Esta vez tampoco tienen suficientes recursos para aumentar la planilla, solo hay presupuesto para 500 contrataciones, explicó Álvarez, por lo que se estará seleccionando a grupos de la promoción 14 y otros de la promoción 23.
Hacinamiento en las cárceles
La organización Cien Guatemala investigó que las 21 cárceles funcionando en Guatemala suman 6,809 espacios, cubriendo nada más un tercio de lo requerido. Para cumplir condena, hay casi cinco personas por un espacio disponible (ocupación del 450%) y el déficit es de 8,700 espacios.
Para la prisión preventiva, hay dos personas por un espacio disponible (ocupación del 221%), registrando un déficit de 5,200 espacios.
De los 20,760 privados de libertad, la mayoría son originarios del departamento de Guatemala (40%), seguido de Escuintla (6.7%), Jutiapa (4%) y Suchitepéquez (4%). Analizando la cantidad de privados de libertad por departamento y los espacios disponibles, se observa que el departamento de Guatemala, aún teniendo la mayor cantidad de infraestructura, es también el departamento con mayor déficit, haciendo falta cinco mil espacios adicionales. Ocho departamentos requieren entre 500 y 800 espacios más.
Cien también indica que en las cárceles guatemaltecas existen diversos desafíos y carencias a raíz de las cuales ocurren irregularidades: desde la sobrepoblación y el déficit de personal, hasta la ausencia de los servicios de rehabilitación, la falta de control interno y la violación de las normas y protocolos penitenciarios. Pero
se puede observar que la sobrepoblación es el tema medular, siendo a su vez la causa de muchos de los otros problemas adentro de los centros carcelarios. Por eso la importancia de atender esa problemática, ya que para lograr garantizar que la medida privativa de libertad cumpla su finalidad de rehabilitación, es indispensable que los centros carcelarios en los cuales se ejecutan estas medidas sean espacios de resguardo seguro, ordenado y que fomenten la rehabilitación, lo cual no es el caso en establecimientos sobrepoblados.