Ciudad Guatemala

“Lo que se ha ganado se va a perder”: Qué impacto puede tener la apertura en la transmisión del coronavirus


Especialistas creen que Guatemala debería hacer 18 mil test diarios de covid-19 para tener objetividad ante el semáforo de alertas.

  04 agosto, 2020 - 05:00 AM

La apertura a ciertas actividades económicas en Guatemala causarán un aumento de los casos positivos de covid-19 y de muertes, según epidemiólogos, quienes afirman que eso será el resultado de una respuesta gubernamental débil y una población que no termina de comprender lo serio de la enfermedad.

El lunes pasado, el primer día después de un confinamiento de más de cuatro meses y de toques de queda que se alternaron desde nueve horas diarias hasta fines de semana completos, los guatemaltecos se aglomeraron en calles y áreas donde usualmente se concentran personas.

El martes pasado, la ministra de Salud, Amelia Flores, afirmó que “de aquí en adelante” la responsabilidad de no contagiarse es de los guatemaltecos, una tarea que se vislumbra difícil de cumplir en un país donde le 70 por ciento trabaja en la economía informal y en donde pareciera, no existe una plena conciencia del peligro que representa el virus.

Los epidemiólogos consideran que la comunicación no ha sido efectiva y hace falta hacer llegar a la población un mensaje más comunitario, de ser posible con visitas domiciliares o a través de grupos focales, consejos comunitarios de desarrollo o únicos de barrio, en el caso de la capital, puesto que de no hacerlo inevitablemente se multiplicarán los contagios, los hospitales se saturarán más y habrá más muertes.

El mensaje debe ser capaz de cambiar el comportamiento de la población respecto a que todos deben estar conscientes de que para interrumpir la transmisión del virus es imprescindible el lavado constante de manos, el uso adecuado de a mascarilla y el distanciamiento, afirma el epidemiólogo Arturo Sánchez López.

“Si aún se ve que la población se aglomera y parrandea no es porque sea rebelde, sino porque el mensaje educativo no ha llegado”, asevera el médico, para quien las campañas a través de los medios de comunicación “se oyen, pero no se les pone atención” y a la gente “no le falta el conocimiento, pero sí le falta educación”.

Para el médico José Ortiz, director del Observatorio Sars cov-2, antes de liberar casi todas las actividades comerciales, el Gobierno debió haber tomado en cuenta aspectos culturales de los guatemaltecos puesto que “la responsabilidad —de enfrentar la enfermedad— no se da por decreto”.

La economía no permite que se generen los cambios de forma rápida, añade Ortiz, puesto que hay un alto porcentaje de informalidad y cambiar los hábitos puede ser un proceso de años, a menos que se impongan multas y se hagan supervisiones rígidas y constantes en lugares de frecuentes aglomeraciones, algo que se desconoce si el Ministerio cuenta con la capacidad logística de hacer.

Responsabilidad compartida

Sin embargo, si bien es cierto que la población tiene parte de la responsabilidad para evitar la propagación del coronavirus, los médicos señalan que el Gobierno también tiene mucho que poner de su parte para evitar que, a raíz de las nuevas medidas, la pandemia se salga de control y ocurra una catástrofe sanitaria.

La principal demanda es el acceso a pruebas suficientes, no solo de antígeno, sino PCR, para que sean distribuidas en todo el país puesto que, hasta la fecha, el mayor porcentaje de positividad está en Guatemala y los municipios cercanos porque en esos lugares es donde se han efectuado más de estas pruebas.

Aunque el objetivo de Salud es llegar en estos días a cinco mil diarias, Ortiz cree que ese número ya está atrasado por la dimensión que ha alcanzado la pandemia. El número, agrega, debería llegar a 18 mil para poder testear a todo el país y a la vez esto daría como resultado mayor objetividad al momento de cambiar de color de semáforo a un municipio.

Otro aspecto que cuestionan los epidemiólogos es la falta de equipamiento en hospitales, puesto que afirman que más de cuatro meses y medio después de iniciada la emergencia en Guatemala es tiempo suficiente para prepararse, sobre todo a sabiendas que inexorablemente la economía debía empezar a abrirse.

“Vemos un país que estaba en confinamiento y ahora está en actividad, una apertura casi total, con muchas aglomeraciones en todos lugares y eso va a traer un repunte de casos y lo que el gobierno cree que ha ganado lo va a perder”, advirtió Ortiz.

Para José Carlos Monzón, director del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud de la Universidad Rafael Landívar, la responsabilidad de que la pandemia no empeore es compartida entre la población y el Gobierno.

“Esta situación nos supera a todos como personas, gobierno y sector académico. No podemos esperar que alguien lo resuelve todo, ni alguien puede esperar que nosotros lo resolvamos al 100%”, asegura Monzón.

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