Ciudad Guatemala

La Quema de Judas en Guatemala: cuál es su historia


El Sábado Santo era comúnmente llamado “Sábado de Gloria”, pero el ambiente que impera en el día es el de luto debido a que Cristo está en el sepulcro. Es el último día del Triduo Pascual.

  03 abril, 2021 - 05:07 AM

Al caer la noche, la luz consumirá la oscuridad y anunciará la buena nueva de la resurrección.

Este es el día litúrgico de la Iglesia, porque Cristo está muerto, día de tristeza, llanto y dolor al meditar en sus sufrimientos y en la soledad de su muerte y es la falta de la Eucaristía, porque es el único día que no se comulga.

En los pueblos latinoamericanos se acostumbra, como parte de la religiosidad popular, dar el pésame a la Virgen María por la pérdida de su hijo.

En el caso particular de Guatemala, la mañana de Sábado Santo, los niños expresan su tristeza vistiendo túnicas negras y llevan en sus hombros las réplicas de los cristos yacentes. Por su parte las niñas visten de blanco en señal de pureza y cargan a la pequeña imagen de la Virgen Sola.

En Guatemala, la creatividad y el ingenio forman parte importante, ya que hay monigotes que simplemente aparecen desde colgados en un poste o sentados en una silla a la entrada de algún negocio. (Foto: Hemeroteca PL)

Quema del traidor

En algunos lugares de Guatemala se acostumbra la “quema de Judas”, en alusión a la traición de Judas Iscariote, quien entregó a Cristo por treinta monedas. Básicamente se trata de la quema de un monigote hecho con trapos, previo la lectura de un “testamento”, redactado con sátira e ironía.

Por la tarde sale María Santísima de la Soledad. Es llevada por hombres y mujeres vestidos de negro que expresan su sentir de esta forma ante la muerte de Jesús.

La tristeza y desconsuelo de la Iglesia se mitigan con la esperanza de la resurrección, durante la Vigilia Pascual.

Los dueños del “Judas” lo pasean por diferentes sectores mientras se pide colaboración para comprar el combustible y celebrar la quema de quien ha sido acusado. (Foto: Hemeroteca PL)

La ceremonia se divide en dos partes, la primera comprende la bendición del fuego nuevo y del cirio pascual. Luego, las lecturas, bendición del agua bautismal y renovación de las promesas bautismales.

Luego, el altar se cubre con mantel blanco y se encienden las luces y candelas. Se coloca el cirio pascual en el presbiterio, el cual se marca con una cruz y se le colocan granos de incienso. El cirio lleva en la parte superior la letra griega Alfa y en la inferior la letra Omega, significando el principio y el fin. Entre los cuatro brazos de la cruz se escriben los cuatro números del año.

Noche de esplendor

En la noche del Sábado de Gloria se vive la mayor experiencia con la resurrección de Jesús. Lo que era oscuridad se convierte en luz; lo que era pecado, es gracia; lo que era negación, es afirmación.

Durante la vigilia se entona el pregón pascual y se anuncia que Jesús resucitó, que ha vencido a la muerte, y por lo tanto, al pecado.

Durante la vigilia se hace recorrido desde el antiguo testamento hasta el nuevo, por medio de siete lecturas.

Las campanas, las cuales no se tocan desde el Jueves Santo, vuelven a sonar y se canta el Gloria, como símbolo de júbilo.

La algarabía por la victoria de Cristo se extiende hasta las primeras horas del domingo, cuando un ángel anuncia la buena noticia: Cristo vive.

Tradiciones locales

Como parte de la religiosidad popular, y en consonancia con el ritual de la Iglesia Católica, muchas comunidades permanecen en vigilia desde la noche del sábado hasta la madrugada del domingo.

Entre las tradiciones figuran la bendición del agua, los granos que serán utilizados para la siembra en mayo, y recuerdos, estampas y artículos religiosos.

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