Ciudad Guatemala

Buscan rescatar y conservar la Monja Blanca


La Asociación de Orquideología de Alta Verapaz tiene un plan piloto para la conservación de la monja blanca, nuestra flor nacional desde 1934.

  04 diciembre, 2016 - 21:36 PM

La Asociación de Orquideología de Alta Verapaz realizó la trigésima octava exposición internacional de orquídeas en Cobán, actividad donde se expuso diversidad de especies de flora, donde señalaron que se tiene un plan piloto para la conservación de la Monja Blanca.

Para esta edición se cuenta con alrededor de novecientas treinta especies de orquídeas, provenientes de diferentes lugares.


La Monja Blanca nuestra flor nacional desde 1934

El botánico Ulises Rojas propuso que la Monja Blanca fuera símbolo nacional durante la exposición internacional de flores de Miami Beach, Florida, 1933, idea compartida con la presidenta de ese festival, Leticia M. Southerland.

La especialista en orquídeas envió una carta con la propuesta, al general Jorge Ubico, entonces presidente de Guatemala.   El 11 febrero 1934, al día siguiente de recibir el documento, el gobernante emitió un decreto por el cual se declaraba como flor nacional.

En agosto 1946 Juan José Arévalo, presidente del país prohibió la libre recolección y exportación de esta especie, para promover su conservación.
Su nombre común se debe a que en el centro de la flor, un pequeño tallo semeja una monja que está rezando, y al ser blanco su color, fue bautizada como Monja Blanca.

monja-blanca

Su nombre científico es Lykaste Skinneri Alba, llamada Monja Blanca desde los primeros años de la conquista española.   Pertenece a la clase monocotiledonea familia de las orquideáceas.

En 1843 se le dio el nombre de Lycaste por su original belleza, nombre de la hija de Priamo, rey de Troya loado por Homero y Virgilio.

Los mayas q’eqchi´, de Cobán la llaman Sak Ijix, mientras otros grupos étnicos conservan hermosas leyendas de su original encanto y la consideran una princesa que por su belleza fue convertida en flor.

Aunque su número se ha reducido por la destrucción de su hábitat natural, la monja blanca se encuentra entre musgos o helechos polipodium en Alta Verapaz, montes de los Cuhumatanes y serranías de Izabal y Quiché.

En peligro de extinción

Con el descubrimiento de esta flor también inicia su depredación de los bosques de la Verapaz; a finales del siglo XIX se exportaron miles de estas plantas, según consta en documentos históricos.

Otra causa de su destrucción es el aumento de áreas de cultivo, pastizales o viviendas en los bosques nubosos donde crece la especie.

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