Ciudad Guatemala

A un año de la muerte de Jakelin Caal, este es el mensaje que un Comité del Congreso de EE. UU. le envía a Trump


Mientras se encontraba bajo custodia de de autoridades fronterizas en EE. UU., la niña guatemalteca, Jakelin Caal, murió por una infección bacteriana.

  08 diciembre, 2019 - 13:37 PM

Con tan solo 7 años, Caal se convirtió en el rostro de la niñez migrante de Guatemala y a un año de su muerte, el comité legislativo hispano del Congreso de EE. UU., Hispanic Caucus, recuerda su muerte.

“Era una niña pequeña, cuando la negligencia de nuestro gobierno la mató”, escribió el mencionado comité en su cuenta de Twitter.

Esta entidad está integrada por más de 30 representantes del Partido Demócrata que tienen ascendencia hispana y están en el Congreso. Su función es asesorar y dar voz en el proceso legislativo a temas que afectan a hispanos y latinos en EE. UU. y Puerto Rico.

El tweet fue compartido y comentado por varios congresistas de EE. UU. entre ellos Norma Torres, de origen guatemalteco.

En el mensaje, los congresistas pidieron justicia por Jakelin y pidieron al gobierno de Donald Trump rendir cuentas por la muerte de la niña guatemalteca.

Además, se abogó por que las autoridades de aquel país protejan la dignidad y la seguridad de los niños migrantes y sus familias.

Su historia

La niña, de 7 años, murió cuando estaba bajo custodia de las autoridades fronterizas. Según el reporte de los patrulleros, un grupo de unos 163 inmigrantes, entre los que iba la niña, se entregó después de haber cruzado una zona desértica de Nogales, el 6 de diciembre último.

Imagen del sepelio de Caal en San Antonio Secortez, Alta Verapaz, de donde era originaria la menor.

La menor después de ser interceptada tenía fiebres, vómitos y convulsiones, por lo que fue atendida por paramédicos de la patrulla fronteriza y luego llevada al centro médico donde murió más tarde.

Informes preliminares ya habían referido que la niña falleció de un choque séptico debido al hambre y deshidratación que había padecido; sin embargo, se estaba a la espera del reporte final basado en la necropsia.

Jakelin y su padre habían partido de su aldea natal, San Antonio Secortez, en Alta Verapaz, rumbo a Estados Unidos. La familia, de origen maya queqchí, había hipotecado su propiedad para pagar por el viaje a los coyotes que la llevarían hasta la frontera de EE. UU., donde el hambre y el frío obligaron al grupo a entregarse a las autoridades después de haber sida abandonados por los traficantes de personas.

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