Pintarse la cara de negro para disfrazarse de Aladino o del rey Baltasar podría parecer una broma inocente o una tradición inofensiva, pero puede interpretarse como un acto racista e insultante, sobre todo en Estados Unidos.
¿Acampar en una iglesia? Es posible, al menos en la campiña inglesa, donde los aficionados a las emociones fuertes pueden alquilar una para pasar allí una noche de terror durmiendo sobre tumbas centenarias.
Es común que a las representantes de belleza les hagan una serie de preguntas durante los certámenes, en algunas ocasiones saben las repuestas y en otros no, como le pasó a una guatemalteca.
"Hola. Soy Ms Yeah. Cocino en la oficina de una manera poco convencional. Pueden decir que es extraño. (Pero) me gusta hacer esto porque es divertido".
Su rostro ha vuelto a tomar forma después de 50.000 años.
La administración del edificio prepara una sanción de US$4 mil.