Ciudad Guatemala

Las calles de Perú aún sueñan con el Mundial, tras empate con Argentina


Perú empató sin goles contra Argentina en "La Bombonera" y se van a dormir aún soñando con Rusia-2018, que podría concretarse el martes

  07 octubre, 2017 - 11:04 AM

Perú esperaba un terremoto en Buenos Aires, pero sólo consiguió un temblor, con epicentro en Lima, donde la tierra tembló con el aliento de los hinchas en las principales plazas. Los incas empataron a cero con Argentina en “La Bombonera” y se van a dormir aún soñando con Rusia-2018.

Las principales plazas del país se tiñeron de blanco y rojo, con banderas y gritos desatados de miles de ciudadanos que, por primera vez en más de 35 años anhelan ver a su país en un Mundial.

El empate coloca a Perú en zona de repesca y se jugará la vida con Colombia el 10 de octubre, en la última fecha. Sólo que esta vez, el resultado no depende de las matemáticas sino de ellos mismos.

“Dependemos de nosotros en la última fecha, llegar a una clasificatoria dependiendo de nosotros es importante, es muy valorable”, dijo el jueves el DT de Perú, el argentino Ricardo Gareca, quien durante este proceso creyó y apostó por jóvenes valores, muchos de ellos de equipos humildes pero con hambre de gol.

En la previa, un periodista argentino llamó al peruano Pedro Gallese como “arquero de medio pelo”, y fue ese portero quien tapó “La Boca” y los gritos de gol argentinos este jueves.

“San Pedro (Gallese) es un gran arquero, nos salvó. Ahora vamos a definir nuestra clasificación con Colombia en Lima”, dijo Mónica Dávila a radio RPP, desde la tradicional calle de las Pizzas en el distrito limeño de Miraflores, donde cientos de peruanos se congregan a ver sus duelos deportivos.

“Me preparé para este partido y las cosas me salieron bien”, contó Gallese, quien se había lesionado semanas antes. Lejos de celebrar con euforia, la escuadra inca recibió el empate con humildad, una actitud que impacta a los hinchas, que en las últimas décadas se han acostumbrado a un triunfalismo que ha jugado en contra.

 

– Un último partido –

La fiebre de un renacido Perú en eliminatorias invadió las principales ciudades con pantallas gigantes para ver el juego. En Lima, la única linea de metro y las estaciones de bus del Metropolitano colapsaron con largas filas para llegar a tiempo a sus casas y bares para ver el partido por televisión.

“Sí se puede, sí se puede”, “Porque yo creo en ti, vamos, vamos, Perú” gritaban los peruanos, mientras hacían sonar las bocinas de sus autos. El tiro libre que disparó Paolo Guerrero en el último segundo de juego, que finalmente desvió el portero argentino Sergio Romero, arrancó el “ufff…” en las calles.

“¡Gran partido, muchachos! Un último esfuerzo y estamos en Rusia. ¡Arriba Perú!”, escribió en Twitter el presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski.

La alegría se contagió desde temprano: hospitales, municipalidades y hasta el embajador de Estados Unidos en Lima se puso la camiseta de Perú para dar su aliento. Indígenas amazónicos se pintaron el rostro de rojo con tinturas naturales y chamanes lanzaban hojas de coca con predicciones de triunfo.

El precio de la camiseta en las calles, que hasta hace algunas semanas se remataban en 2 x 1, se disparó. Los supermercados se llenaron en busca de bebidas. Era una fiebre que nadie esperó, que nadie imaginó.

 

– Riqueza entre la pobreza –

La actitud de Perú, acostumbrado por año a derrotas y decepciones, cambió por completo con la llegada de Gareca. Sacrificó “vacas sagradas” como Claudio Pizarro y Juan Vargas e instauró un compromiso para que los nuevos integrantes murieran peleando en la cancha. Claro que también ayudaron los puntos que perdió Bolivia por alinear irregularmente a un jugador.

La situación no fue fácil para Gareca: un campeonato local pobre, clubes con problemas económicos, desorganización. Pese a ello hizo su tarea: rescató lo mejor que encontró, pese a que en algunos resultados, la prensa “especializada” lo quería crucificar.

Le devolvió a Perú el juego sabroso al ras del suelo y armó un cuadro defensivo que no existía y que se lució frente a Argentina, desactivando varias bombas de Lio Messi, cuyo valor de mercado supera con creces al de toda la selección peruana.

“Perú campeón, es el grito que repite la afición”, reza una polka donde se cantan los nombres de los seleccionados que fueron a México-70, aquellos que impidieron por única vez en la historia que Argentina no clasificó a un Mundial. Después de más de cuatro décadas, el tenor local Juan Diego Florez le cambió la letra y reemplazó los nombres antiguos por los nuevos.

Porque son nuevos tiempos para Perú.

 

© Agence France-Presse

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