Crece la oposición a instalar una obra monumental de Jeff Koons en París
Un gigantesco ramo de tulipanes multicolores, sujetos por una mano. Esta es la obra que el estadounidense Jeff Koons prometió ofrecer a París.
Un gigantesco ramo de tulipanes multicolores, sujetos por una mano. Esta es la obra que el estadounidense Jeff Koons prometió ofrecer a París, pero cada vez son más las voces que piden que no se instale, al juzgarla cuando menos inadecuada.
El cotizadísimo artista, de 63 años, anunció en noviembre su intención de crear esta escultura de unos 10 metros de altura, en bronce, acero y aluminio, en solidaridad con la capital francesa, tras los atentados islamistas que sufrió en 2015.
Su ofrecimiento fue recibido con entusiasmo por la alcaldía de París y la ubicación de la obra fue determinada frente al Museo de Arte Moderno y el Palacio de Tokio -centro artístico de referencia-, en una elegante avenida a orillas del Sena.
Se evaluó su coste de producción en unos tres millones de euros, financiados por un mecenazgo privado.
Pero numerosas voces se alzaron en su contra en las últimas semanas, hasta el punto que Koons fue recibido el martes por la ministra de Cultura, Françoise Nyssen, sin que trascendiera el resultado del encuentro.
En una tribuna publicada la semana pasada, varias personalidades, como el cineasta Olivier Assayas y el ex ministro Frederic Mitterrand, se opusieron al “regalo” de Koons, convertido, según ellos, en un “emblema del arte industrial, espectacular y especulativo”.
“La elección de la obra, y sobre todo su ubicación, no guardan relación alguna con los eventos trágicos invocados”, aseguraron los firmantes. “Por su impacto visual, su dimensión gigantesca y su situación, esta escultura rompería la armonía actual” de la zona, añadieron.
También el exministro de Cultura Jean-Jacques Aillagon, que había organizado una exposición sobre el artista neo-pop en el castillo de Versalles, pidió este miércoles en una tribuna que se “halle otra solución” para instalar esta obra monumental “contraria al espíritu de arquitectura” del Museo y del Palacio de Tokio.
Varios escritores y filósofos calificaron por su parte la escultura del artista, cuyo estilo “kistch” nunca ha estado exento de polémica, de “regalo denigrante”. “Impedirlo es una necesidad no solo artística, financiera, moral y política, es la necesidad de rechazar ser denigrados”, escribieron este miércoles en una tribuna autores como Pierre Alfieri, Eric Hazan y Jean-Luc Nancy.