Una investigadora en Australia constató que los cadáveres se mueven incluso más de un año después del fallecimiento de la persona.
"Polvo eres y en polvo te convertirás": una máxima que se ha repetido por siglos como una forma de definir lo que ocurre con nuestro cuerpo una vez acaba la vida.
En un cementerio de la mexicana Ciudad Juárez, fueron inhumados el lunes 112 cadáveres que no habían sido reclamados por familiares.