Las 4 leyes para ser feliz

Constantemente nos encontramos en una búsqueda de felicidad y plenitud emocional. Todos buscamos distintos medios para tener esa paz interna que no se vea afectada por agentes como: el trabajo, la familia, los amigos, una pareja sentimental, los problemas del día a día, etc. 

Según la filosofía de vida que se practica en la India y enseña las “Cuatro Leyes de la Espiritualidad” podemos encontrar:

Primera ley:

“La persona que llega es la persona correcta”.

Es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación. Cada persona que conocemos tiene una misión en nuestra vida, aunque sea corta o larga su estadía, siempre dejan algo que es útil para nosotros.; puede que lo entendamos en el momento o que al pasar el tiempo, veamos su beneficio.

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Segunda Ley:

“Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido”. 
Nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: “si hubiera hecho tal cosa…hubiera sucedido tal otra…”. No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante o para que sea a nuestro beneficio.  Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.

Tercera ley:

“En cualquier momento que comience es el momento correcto”. 
Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará. No consiste en si nos sentimos preparados o no. A veces, tenemos que dejar que las cosas fluyan y arriesgarnos esperando lo mejor.

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Cuarta Ley:

“Cuando algo termina, termina”. 
Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia. A veces, es sano no darle tantas vueltas al asunto. Dejarnos aceptar las cosas que no podemos cambiar o que no está en nuestras manos modificar. Ya la vida, más adelante nos dará las razones para entender el porqué de todo.

Nacemos sin haberlo pedido, vivimos sin saber cómo y la vida acaba cuando menos lo esperamos. Es por eso, que es tan necesario, dejar fluir la vida; que cada situación que atravesamos sea un reto más por enfrentar y no un vaso en el que nos debamos ahogar. Todo pasa y todo obra para bien. Es parte de un propósito y todo bien saldrá.

Así que toma la decisión, aplícalas a tu vida y ve los cambios.

• Por Loraine Quinto