Informe recomienda menos represión a problemas de pandillas
El informe, realizado por el International Crisis Group (ICG) indica las medidas que los países del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) deberían tomar para frenar la violencia relacionada con las pandillas y mejorar la seguridad ciudadana.
El informe, realizado por el International Crisis Group (ICG) indica las medidas que los países del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) deberían tomar para frenar la violencia relacionada con las pandillas y mejorar la seguridad ciudadana.
Una de las principales recomendaciones es “Participar de forma transparente en medidas de fomento de la confianza con las maras, sin necesariamente entablar un diálogo directo”.
El informe distingue claramente entre “medidas para generar confianza” y conversaciones abiertas, que llevaron a la llamada tregua entre pandillas en El Salvador en 2012. Dicha tregua permitió disminuir los niveles de violencia, pero sus detractores dicen que les otorgó mayor legitimidad política a las pandillas. La violencia comenzó a aumentar precipitadamente después de la ruptura de la tregua, y la tasa de homicidios ascendió a más de 100 por cada 100.000 habitantes en el año 2015.
“Este intento frustrado de lograr la paz ha tenido la consecuencia imprevista de establecer a las maras como actores políticos con capacidad para negociar y hacer cumplir acuerdos”, dice el informe. “Pero los gobiernos no deben entrar en diálogo directo con las maras para poner en marcha un proceso de pacificación”.
Medidas de voluntad
El ICG sostiene que las pandillas deben además adoptar medidas de buena voluntad para demostrar que están comprometidas con la reducción de la violencia. Ello incluye poner fin al reclutamiento forzado y permitir que las personas se desplacen libremente por las comunidades controladas por las pandillas.
Una vez más, el ICG señala los posibles efectos negativos de la implementación de esta política. La creación de estos corredores seguros podría convertirse en una manera para que las pandillas aumenten su “influencia política y social”.
Los gobiernos también deben abordar el hacinamiento crónico en las cárceles, como indica el informe, con el fin de reducir el uso de la prisión preventiva y encontrar alternativas al encarcelamiento, como el uso de dispositivos de localización GPS. Esta estrategia marcaría un cambio con respecto al enfoque extremadamente punitivo conocido como “Mano Dura”, al hacer mayor énfasis en la rehabilitación.
En ese mismo sentido, el ICG les recomienda a los gobiernos del Triángulo Norte concentrarse en los crímenes de alto impacto como el homicidio, la violación y el desplazamiento forzado. El informe indica que las autoridades deben responder a otras actividades pandilleras menos nocivas mediante estrategias de prevención del crimen que busquen abordar los factores sociales y económicos subyacentes.
Con información de InSight Crime