Niñas en India que nacen en hogares de escasos recursos, sus padres deciden venderlas a los extranjeros por una buena cantidad de dinero.
Se nos destroza el corazón de solo pensar que en algunas partes del mundo hay menores de edad sufriendo situaciones tan aberrantes.
Son niñas que deberían poder jugar, aprender, ser felices y sonreír todo el día. Sin embargo, sus cortas vidas se ven condenadas a situaciones que nadie debería permitir.
En la India, según una investigación de CNN en la que visitaron refugios para víctimas, se descubrió que familias que tienen pocos recursos económicos deciden vender a sus hijas mujeres menores de edad, luego de que varios agentes les ofrezcan una suma de dinero que los ayuda con sus problemas.
Luego, estas niñas son vendidas a turistas mayores que llegan a estas ciudades en busca de sexo. Durante semanas o meses, las usan a su antojo y luego se van, y las dejan abandonadas nuevamente.
Aunque su tortura termina, su alma queda destrozada para siempre. Algunas sufren violaciones masivas, a otras les dan tantas drogas para sedarlas que las terminan dañando sin vuelta atrás.
El caso de Muneera Begum fue muy famoso. Se trata de una joven que a los 12 años fue vendida por sus padres a un hombre de 70 años. La obligaron a casarse y fue abusada sexualmente por él durante mucho tiempo. “Esa noche él me llevó. Me tomó a la fuerza. Yo lloraba. Me dijo ‘Yo te compré, puedo hacer lo que yo quiera. Les di a tus padres dinero, puedo usarte todo lo que me plazca. Mantén tu boca cerrada’”, relató.
Ahora Muneera tiene 19 años, vive en Hyderabad y puede relatar el horror que le tocó vivir. “No me educaron y no podía entender nada de lo que estaba pasando. Yo era inocente”, explicó y luego agregó que durante dos meses el hombre la tuvo encerrada en la habitación, usándola repetidamente para tener sexo: “Si tenía que ir a cualquier lado, él me encerraba, regresaba después y otra vez la tortura empezaba”.
Ahora, Muneera tiene una hija pequeña, fruto de las violaciones de ese hombre que la había comprado. Cuando quedó embarazada, él la dejó por teléfono y, en ese momento, ella estaba tan triste que hasta había pensado en suicidarse. “No quiero que otras niñas tengan que enfrentar algo así”, aseguró.
Lamentablemente, la policía asegura que hay muchos casos similares en la ciudad. Muchas ONGs alrededor del mundo trabajan para combatir esta problemática.
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