Los vecinos no aceptados por la sociedad

La atención se afianza hacia los asentamientos cuando las invasiones afectan intereses de grupos poderosos, al ocupar los espacios públicos y se dan luego los desalojos.

De lo contrario, pocos se preocupan por estas familias que sufren las consecuencias de la pobreza, la falta de educación y empleo, y se ven obligadas a ocupar áreas marginales en donde no cuentan con las condiciones mínimas para vivir con dignidad.

En estos lugares se ven a niños, algunos con enfermedades, otros corriendo y disfrutando de su pobre niñez, sin embargo para ellos no es una preocupación en la situacion precaria en la que viven, ya qaue son los padres los que tienen que velar por el sustento diario.

Pobreza continúa

En algunas ocasiones existen personas generosas que buscan mejorar las condiciones de vida de los habitantes de los asentamientos, la ayuda es por un período de tiempo y no permite romper el contorno de pobreza extrema en el que viven. Quienes no tienen oportunidades para procurar una vida digna.

Tanta es la necesidad que se vive en estos sitios donde no tienen la oportunidad los niños y jóvenes para ir a la escuela y viven en una casa improvisada, afectados por el calor, la lluvia, la escasez de agua y de electricidad.

En el 2008 se implementó el plan de ordenamiento territorial, el cual busca regular los espacios en la ciudad y al mismo tiempo, evitar que existan más asentamientos. En estos lugares también persiste la corrupción, donde otros se benefician de la precariedad y alquilan esos espacios improvisados.

Según el portavoz de la Municipalidad de Guatemala, Carlos Sandoval, al menos 280 asentamientos se encuentran registrados en la capital, principalmente en las zonas 6, 7 y 18.