Carta abierta al Presidente del Congreso

Señor presidente Oscar Chinchilla.

Inicia usted este año un ejercicio político que lo marcará para siempre en su vida pública y privada. Incluso, sé que podrá afectar hasta su mismo núcleo familiar.

Tengo una filosofía de ver las cosas o si quiere, una forma de ser profesional, y es la siguiente: cuando algo termina, cuando una persona se va del puesto que antes ocupaba, como en su caso es el de Mario Taracena, el que llega en su lugar, tiene que ser mucho mejor que el que se fue.

Es decir, en su caso, presidente Chinchilla, el pueblo de Guatemala espera supere lo hecho por Taracena.

No pretendo que cambie esa forma educada y tranquila que tiene. Esa personalidad de gente que parece ser más buena que el pan. Incapaz de hacerle daña nadie.

No, usted no es de gritos, ni de ademanes fuertes y nerviosos. Menos explosiones histéricas, ni de luchas directas con nadie. Su forma es otra y puede ser igual de efectiva si se da a respetar frente a esos poderes oscuros que a partir del sábado lo tienen en la mira.

Esa gente piensa y dice a sus espaldas que el nuevo Presidente del Congreso no tiene carácter y será el muñeco manejable por ellos. Un ser sin personalidad, ni carisma.

Que no tiene poder porque fueron ellos quienes se lo dieron o, como afirman, se lo prestaron por un año, mientras esa gente mala y nefasta, consolida su poder en el Organismo Legislativo.

Dicen que ya tienen cooptado el Organismo Judicial, y tan solo les faltaba el Organismo Legislativo y que ahora con usted, el triángulo está completo con el Organismo Ejecutivo.

Hablan muy mal de usted, repito, a sus espaldas, se ríen de su persona y le ponen apodos y los descalifican. Si fuera un estudiante le diría que es el más puro bulling el que le están haciendo en esos grupos de diputados.

Son de esa gente que de frente le dan la mano, le sonríen, le palmean la espalda y cuando se da la vuelta, le meten el puñal hasta la empuñadura.

Usted sabe que para nadie es un secreto, porque los medios lo dieron a conocer, y se hizo público, aquellas reuniones en la finca presidencial, donde Jimmy Morales lo designó a usted. No sé en realidad si alguna vez se ha detenido a pensar el por qué fue usted y no otro.

Algunos cercanos a esa reunión y que saben los entretelones de su designación, señalan que fue porque en opinión de esos “linces” del Congreso, no podía existir persona más ideal, ya que sería como manejar un títere a su sabor y antojo.

Se sabe que llegó a este puesto por decisión de Jimmy Morales, que haciendo gala de que su palabra no tiene ya ninguna validez, se metió a negociar con todas las bancadas, o más bien le puso zancadilla a Taracena a quien no acepta por su peculiar forma de ser, y le dio a usted un regalo que a lo mejor jamás pensó tener: ser el Presidente del Congreso.

Esto lo pone en una situación difícil porque tendrá que responder a ese compromiso intangible con Morales y la gente de su bancada llena de tránsfugas de lo peor del Partido Patriota y Líder, que están muy felices porque creen, están convencidos, que serán ellos los que van a decidir por usted al señalar en sus círculos cercanos, que el nuevo Presidente del Congreso, no controla nada.

Le recuerdo un caso similar al suyo: Thelma Aldana, puesta como Fiscal General del Ministerio Público por los Baldetti-Pérez Molina… Para ellos era una movida genial al poner a alguien que para ambos tenía ese pérfil perfecto, que hoy sus colegas y el mismo Morales, creen ver en su persona.

Pero esa señora se dio cuenta que su compromiso no era con el Presidente y la Vicepresidenta, sino con el país y ¡mire usted hoy el resultado¡, es una de las mujeres con más prestigio y reconocimiento en Guatemala e, incluso, a nivel internacional.

Ella podrá irse mañana a su casa, hoy mismo si quiere, que dejó ya en la historia de este país su nombre en muy alta estima.

Y para redondear esta apreciación, hay muchísimos guatemaltecos que hasta hacen bromas que sería la mejor Presidenta de este país, teniendo como su vice a Iván Velásquez.

Diputado Chinchilla: ¿Cómo quiere usted ser recordado?

Como un monigote de esos poderes nefastos que controlan el hemiciclo parlamentario. Como el hombre que tuvo una presidencia digna de recordar al demostrar que su compromiso es con la gente.

Que su compromiso no fue con el dinero, ni los designios de la mafia, menos con las malas artes que emanan de esas bancadas tan corruptas o bien, desde el palacio donde lo que se quiere es consolidar de nuevo a que el Congreso siga en manos de los peores políticos que existen.

Tendrá usted otro frente de quienes, seguro, se acercarán con regalos, y lisonjas, para iniciar esos contactos tan necesarios para mantener los privilegios de cada año.  Hablo de los dirigentes de los tres sindicatos que tan solo se preocupan que nadie se meta con las enormes sumas de dinero que devengan, por no hacer, la gran mayoría de ellos, absolutamente nada.

Nunca he estado en contra del movimiento sindical, pero sí de esos dirigentes corruptos que solo le hacen un gran daño a Guatemala y a su gente.

Esta gente le ha servido a los diputados más transeros para acrecentar sus fortunas, porque aceptan sin rechistar la creación de plazas fantasma, ya que parte de esos sueldos van a parar a los bolsillos de los congresistas.

Usted tiene la última palabra diputado Oscar Chinchilla.

Le pido, como una última observación: que si decide ser el mejor Presidente del Congreso, tendrá TODO el apoyo de la población. No estará solo, porque la gente honrada de este país le respaldará.

La lucha será dura, si se enfrenta a esos que lo pusieron para aprovecharse de usted. Ya lo sabe. No se puede hacer el ignorante. A usted, solo la valentía, lo hará libre.

Y para finalizar: más que cualquier otra consideración, reflexione qué herencia le dejará a sus hijos, qué lustre le dará a ese apellido que heredó de su señor padre…

Usted tiene la última palabra señor Chinchilla, Presidente del Congreso de la República.