Sentido homenaje a víctimas del cáncer

Quiero hoy rendir un homenaje desde lo más profundo de mi corazón, a todas las personas que luchan en contra de un cáncer, pero más aún a esos valientes y pequeños pacientes de esta enfermedad tan terrible.

Los niños con cáncer son un ejemplo de lucha diaria, quienes junto a su familia, se enfrentan cada día y noche a una lucha dura, desgastante, que se lleva parte de su inocencia y los hace crecer como hombres y mujeres a quienes la vida les ha dado una tarea tan difícil y complicada, como lo es sobrevivir a pesar del infierno a que se ven sometidos a diario.

Mi homenaje es sencillo pero está lleno de un gran reconocimiento por el ejemplo que le dan a sus padres, a sus hermanos, a sus abuelos.

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Esa lucha no es solo del paciente, es de toda la familia

Sé por experiencia propia, lo difícil que es tener a un hijo o una hija con cáncer. Horas, días, semanas, meses y años de estar toda la familia cerca del ser amado. Porque esa lucha no es solo del paciente, es de toda la familia

Dicen que uno también se enferma cuando está a la par de esos seres que luchan con denuedo, con fuerza para combatir un cáncer, una enfermedad que no respeta edades ni género, ni si se tienen recursos o se vive en la más completa pobreza.

Es una enfermedad que requiere recursos y apoyos

Cualquier tipo de cáncer es caro enfrentarlo. Aquellos que tienen la posibilidad de pagar tratamientos caros y en hospitales de otros países, tienen mucho más posibilidad de los que carecen de recursos para obtener los mejores tratamientos.

Fui testigo en el Hospital Roosevelt, de niños y jóvenes llevados por sus padres a tratamientos que muchas veces no terminaban porque se iban al cielo al no contar sus padres con dinero para pagar los medicamentos, ya que en ese hospital no se contaba con ellos.

Estas medicinas por ser específicas, son caras y muchas veces sus precios en el mercado local son casi inaccesibles para una familia que vive al día.

Por eso aplaudo a todas las instituciones públicas y privadas que se dedican a apoyar y ayudar a los niños y adultos con cáncer.

Esos angelitos son unos guerreros valientes que terminan dando ánimo a sus padres. No dejan que ellos se caigan porque están alegres y con enormes deseos de vivir.

Los tratamientos son muy duros y allí ellos recaen pero al día siguiente están jugando con otros niños como ellos.

Sé que convivir con un familiar con cáncer es algo difícil. Pero, ¿saben algo?

He visto mujeres con cáncer de mama, que a pesar de haber perdido el pelo, mientras esperan todas juntas en la sala a ser sometidas a la radioterapia, platican entre ellas, hablan de que se van a juntar a tomar café, a comer una pizza, aunque nunca lo podrán hacer, pero uno puede darse cuenta de que la esperanza y la fe de que sobrevivirán está allí presente en cada mirada, en cada gesto, en cada palabra.

Sé que convivir con un familiar con cáncer es algo difícil. Pero, ¿saben algo? Estas enfermedades terminales, pueden permitir que nos podamos despedir de la persona amada de la mejor manera.

Se está con ellos en su lucha, en su enfermedad, y ese tiempo debe permitir el acercamiento con ese ser amado para decirle, para demostrarle, que no está solo en su lucha, que estamos a la par para que cuando necesite una palabra de aliento, una caricia, un abrazo para que no se sientan que están solos en esos momentos tan difíciles para estos pacientes. Además, aprovechar para pedir perdón por aquello donde fallamos.

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En este espacio, con estas palabras, les envío a todos los pacientes de cáncer, en cualquier lugar de Guatemala, mi amor y mi reconocimiento ante lo que viven, mi solidaridad ante su lucha diaria, la cual no tiene tiempo ni espacio, porque es tan duro el estar medicado para combatir este mal, ya que las radioterapias y las quimioterapias son muy necesarias, pero al mismo tiempo se trata de algo que igual mata células malas como buenas.

No diferencia una de otra y por esa razón es tan difícil para la persona que padece cualquier tipo de cáncer.

Termino enviando a los niños con cáncer mi más profundo sentimiento. A quienes conviven con ellos, un abrazo desde la distancia. A las instituciones que velan y trabajan para que tengan una oportunidad de vida, mi reconocimiento eterno.