Cómo vencer tus inseguridades

Creo que el amor propio y la autoaceptación son temas que hasta hace poco no tenían mucha relevancia, preocuparnos por nuestra salud emocional y como tratarla a veces se relaciona con problemas psicológicos y no es así. De la misma manera que tratamos padecimientos como una gripe o un dolor de estomago, deberíamos de tratar nuestra mente cuando sentimos que algo no anda bien.

Vivimos en una era donde recibimos toneladas de información que nos dicta cómo “tenemos” que lucir, comportarnos y sentirnos. Cuando no hemos fortalecido ni tratado nuestra autoestima, seguramente nos estaremos comparando todo el tiempo con la chica que vimos en Instagram o la modelo en la vaya de publicidad. Existen también las inseguridades aprendidas de nuestro padres y aunque estás pueden resultarnos las más arraigadas, con una mente consciente y alerta podemos dejar cualquier patrón de conducta y sentirnos totalmente cómodos con quienes somos y como nos comportamos.

Todos tenemos inseguridades y está bien. También, todos queremos sentirnos aprobados y queridos, está en la naturaleza del ser humano.

El problema está en cuando las inseguridades nos aíslan o nos mantienen pensando constantemente en ellas. Existen tres pasos que considero infalibles para vencer cualquiera que sea tu inseguridad y son los siguientes:

1.      Reconocer y aceptar:

Date cuenta de cada vez que te sientes insegura o inseguro y reconócelo, no le tengas miedo al sentimiento e identifica que es exactamente lo que detona la inseguridad, ¿es tu apariencia? ¿es sentirte vulnerable emocionalmente? Etc.

2.      Enfrentar:

Definitivamente seremos presas de nuestras inseguridades si no las vencemos, existen varias técnicas para enfrentarlas. Personalmente la que más me ha funcionado es apuntarlas en una libreta, escribir distintas maneras para encararlas y hacerlo sin poner peros. Puede tomarte algún tiempo atreverte a hacerlo, pero debes poner en una balanza que pesa más; tu deseo de estar tranquilo y contento contigo mismo o las excusas para seguir como hasta ahora.

3.      Compartir pensamientos:

“Las penas compartidas pesan menos” es uno de los dichos más ciertos, el sentirnos escuchados y no reprimir nuestros sentimientos es muy terapéutico. Expresar lo que pensas, y tus inseguridades no te hace vulnerable, te hace valiente y honesto. Además, si lo compartís con tus familiares, amigos y demás personas que se preocupan por ti, pueden ayudarte a sentir mejor y hacer más fácil tu proceso para vencerlas.