Ciudad Guatemala

Diputados debaten nuevas acusaciones de corrupción contra Temer


La cámara baja del Congreso debe decidir si acepta que la corte suprema analice una denuncia contra el presidente Michel Temer por asociación criminal.

  25 octubre, 2017 - 09:05 AM

El presidente brasileño, Michel Temer, enfrentará este miércoles una segunda votación que pone en riesgo su mandato en menos de tres meses, cuando la Cámara de Diputados decida si autoriza a la corte suprema a analizar una denuncia en su contra por asociación criminal.

El jefe de Estado, de 77 años, volvió a ponerse al frente de las negociaciones con los diputados para asegurarse que la oposición no consiga la mayoría especial de 342 votos (dos tercios de los 513 escaños) necesaria para que la causa avance hasta el Supremo Tribunal Federal (STF).

Esa estrategia ya le rindió en agosto, cuando la cámara baja bloqueó una primera acusación en su contra de la Fiscalía General por corrupción pasiva, por 263 votos contra 227 (115 menos de los 342 que precisaban sus detractores).

Este vez, “puede que haya algunos votos menos o algunos votos más, pero el presidente no va a caer. La votación será muy expresiva” en su favor, dijo a la AFP una fuente del Palacio presidencial de Planalto.

Una eventual apertura de un juicio en el máximo tribunal implicaría la suspensión del presidente. Pero en la antesala de la decisión, hasta legisladores de la oposición reconocen que no consiguen reunir el apoyo suficiente para derrotar al gobierno.

Llamadas, reuniones

Para asegurarse la victoria, Temer ha pasado los últimos días negociando el apoyo de diputados indecisos, a quienes llama él mismo por teléfono o recibe en su despacho.

Primer presidente en la historia de Brasil en ser denunciado penalmente durante el ejercicio de su función, Temer es también el mandatario más impopular desde el retorno a la democracia en 1985, con apenas 3% de aprobación.

Sus adversarios lo acusan de cobijarse tras un Congreso que también está bajo fuego por Lava Jato, la megainvestigación sobre la financiación oscura de la política, y de utilizar fondos públicos para “comprar” el apoyo de los legisladores, otorgándoles partidas presupuestarias para realizar obras en sus estados.

Con la proximidad de las elecciones generales, en octubre de 2018, respaldar al impopular presidente conservador parecería no ser la mejor estrategia para mantenerse en el cargo.

Sin embargo, muchos ven con malos ojos la opción de derrocar a otro gobierno después del traumático proceso de impeachment de Dilma Rousseff, que en 2016 dividió al país y paralizó el Congreso durante meses.

Estrategia de la oposición

Temer fue acusado por la Fiscalía General de liderar una asociación ilícita junto a jerarcas de su partido para expoliar al Estado y recibir 587 millones de reales en sobornos (186 millones de dólares al cambio actual).

“Ese gobierno no reúne más condiciones morales, institucionales o políticas para seguir gobernando Brasil”, afirmó el diputado José Guimaraes, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).

En vísperas de la votación, el PT y otros partidos opositores anunciaron que intentarán obstruir -o dilatar todo lo que puedan- la sesión quedándose afuera del plenario, de modo que no se alcance el quórum mínimo para iniciar la votación.

Temer asumió el poder en 2016 tras la destitución de Rousseff. Desde entonces, este veterano de la política ha logrado mantenerse en pie, pese a los escándalos que forzaron la renuncia de varios de sus ministros, e impulsar ajustes reclamados por el mercado como estrategia para sacar al país de la recesión.

Librarse de la segunda denuncia esta semana le despejaría el camino para concluir a tiempo su programa de reformas con el que prometió “poner a Brasil en los rieles”.

Entre ellas, la más esperada por el mercado es la reforma del sistema de jubilaciones, que endurece las condiciones del retiro y genera fuerte resistencia incluso en la base oficialista.

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