Ciudad Guatemala

El abuso sexual es un flagelo latente en nuestra sociedad y el índice sigue creciendo


El abuso sexual no tiene preferencias en géneros y edad, los agresores pueden ser familiares cercanos, conocidos y desconocidos.

  14 septiembre, 2017 - 10:29 AM

El abuso sexual es algo porque da vergüenza, porque se siente miedo, porque se siente que es algo sucio o porque lo tachan de pecado tiende la gente a quedarse callada, esto es algo que no puede seguir, no señores, tristemente es algo que sigue sucediendo y no se ha modificado, de cuando a mí me pasó hace 54 años a cómo sigue pasando hoy en día.

Reconoce que el abuso sexual sigue pasando dentro de las familias y con personas cercanas. Carolina alcázar fue víctima de abuso en su infancia.

Carolina, expresó “Exponer los genitales de los niños, o el adulto exponer los genitales para que el niño lo vea, que lo toque, mostrarle pornografía impresa o en video, el jugueteo oral, la penetración, el roce de genitales, todo eso es abuso sexual”.

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(Fotografía de Google)

No se puede obligar a los niños a saludar a las personas cercanas porque entre ellos puede estar el agresor. El comportamiento de los niños cambia en el sueño, la actitud, en el estudio y la alimentación al ser abusados.

Carolina confesó “Por su puesto yo era manoseada y tuve dos perpetradores uno de los cuatro a los seis y otro de los seis a los ocho años, gente cercana, yo no me atrevía a denunciar, a mí me daba miedo”.

El área genital es una de las más sensibles al placer. Pero un niño no identifica qué es placer, a esa edad se compara con rascarse la oreja, chuparse el dedo o pasarse su colchita en la nariz, el niño siente rico. El placer se vive cuando se es adulto. Un niño no puede defenderse a sí mismo.

El abuso sexual  lo afrontó Carolina Alcázar

“Voy con la psicóloga y le pongo sobre la mesa vengo tratar contigo un asunto de abuso sexual en mi infancia, sarita se queda de una pieza y al final de la sesión, sos la primera paciente, 25 años de dar terapia y sos la primera paciente que viene y me pone el plato sobre la mesa”, expresó Alcázar.

El niño agredido siente vergüenza y culpa y no se lo cuentan a nadie para no ser juzgados, es una vida muy difícil y dura.

“Yo ya acepté lo que me pasó, ojo aceptar no quiere decir que apruebo lo me pasó o que me gustó lo que me pasó significa que me gustó lo que me pasó, acepto porque no lo puedo cambiar, mi adulta interior se empieza a hacer cargo de mi niña interior”, comentó Carolina.

Este suceso la hizo sentirse sola, desprotegida, pero todo esto le dejó un regalo al ver siempre una oportunidad descubriendo sus habilidades y talentos al volverse creativa y buscar solución fácilmente a sus problemas.

Porque si se es niño necesitan que los defiendan, porque ellos no son culpables, les robaron su inocencia. Carolina recomendó que así sea, un hijo, el esposo, el abuelo, compadre, primo o tío hay que denunciar.

Las personas manifiestan su rechazo y se sienten ofendidos cuando se menciona a religiosos involucrados en casos de abuso sexual. Una psicóloga especialista   nos habló de dónde se encuentran estos agresores.

La psicóloga de International Justice Mission (IJM) Ileana Alfaro, expresó que el agresor tiene acceso a los niños en las escuelas, en los gimnasios, en alguna actividad clase extracurricular que tenga por la tarde en las iglesias tanto la católica como la evangélica que se consideran una autoridad y personas que son buenas pues ellos confían en estas personas.

Hay agresores que son tímidos y lo que hacen es buscar mujeres que estén solas y con hijos, eso les facilita el trabajo.

Ileana describe al agresor seductor, “es un agresor tiene acceso a los niños y es muy empático, las mamás están encantadas, la familia está encantada, porque es una persona que se lleva bien con todos se baja al lenguaje al de ellos, le lleva regalitos y se pone a jugar con ellos, es un agresor muy empático”. La realidad es que los agresores pueden ser tanto hombres como mujeres cercanas al entorno de la familia y desde allí ya sabe quién será su víctima.

Comerse las uñas, tener tartamudez, manifestar llanto, niños tímidos, solitarios, dejan de comer o bien comen demás. Estas son algunas conductas que presentan los niños abusados. Los niños comienzan a exponerse, se desnudan y no están acostumbrados a hacer eso, pero de repente comienzan a desnudarse a colocarse en poses que antes no lo hacían, antes no besaban a la mamá en la boca de repente quieren besarla.

En la adolescente refleja comportamientos como baja autoestima, depresión, abuso de drogas y alcohol, intentos de suicidios, miedo a la intimidad y a la cercanía, al ser agredido sexualmente.

Las madres deben de estar muy atentas en relación con las personas que se ofrecen para cuidar a los niños, muchas veces las mamás caen en la trampa porque sienten un alivio teniendo a alguien de la familia muy cercanos.

El caso que a continuación les presentaremos es de un menor víctima de abuso sexual.  La madre quien solicitó la reserva de su identidad es quien nos narra el hecho. “para que un niño llegue a hablar no es así de fácil, los niños son la parte más vulnerable, el eslabón más vulnerable de la intimidad y el que más sufre”.

La madre observó que el comportamiento de su hijo no era el mismo, y no entendía el por qué. Con miedo el niño confiesa con sus palabras que su padre lo tocaba en lugares íntimos.

“Sí es muy duro para uno como madre saber que su hijo ha sido víctima de esto no saber por cuánto tiempo estaba sufriendo el niño este tipo de abusos y a qué había sido expuesto”, exclamó la madre.

Citas en juzgados, declaraciones, más preguntas, más miedo y nerviosismo de parte del niño en cada citación al ver diferentes psicólogos y ataques de la contraparte en este proceso judicial.

“Sí, él manifestaba que no quería a su papá, pero, la realidad era que uno no se imagina que algo así le pueda pasar a uno, nadie se lo espera, nadie está preparado para liderar con este tema”

Las víctimas sufren un daño irreparable en su integridad, física, psíquica y moral siendo vulnerados sus derechos.

“Como madre que no sabía desde cuando venía pasando esto, y ver el miedo que ha pasado mi hijo y cuando pasan esto les hacen amenazas y tienen miedo de que se materialicen”, la madre declaró angustiada.

El agresor emplea progresivamente atenciones especiales, demostración de afecto, regalos y juegos para ganarse la confianza de la víctima. En ocasiones algunas madres han sufrido abuso y se les dificulta enfrentarlo cuando se enteran de que, sus hijos o hijas les ha pasado lo mismo.

El agresor no siempre utiliza la fuerza, sino tácticas de persuasión, manipulación y amenazas para mantener el silencio del menor.

Ileana se refiere a madres que ha sido abusadas en la infancia y no recibieron la atención adecuada en ese momento, sin embargo, lo afrontan y apoyan a su hija o hijo de manera apropiada, ponen la denuncia y  buscan ayuda psicológica para el menor.

Todos los agresores deberán responder ante la ley, pero las denuncias son escasas principalmente por el parentesco entre la víctima y el agresor. Diputadas presentaron en mayo pasado la iniciativa para castigar al agresor.

Muchas veces es muy doloroso para la familia y hay que entender también el proceso que significa para ellos esta noticia, porque estamos hablando de una persona muy cercana a la familia muchas veces es el padre, el padrastro, el abuelito, eso implica que puede ser el papá o su suegro.

Los padres deben conversar con sus hijos para prevenir el abuso y hacerles saber que nadie puede tocar las partes privadas de su cuerpo, que el agresor puede ser un familiar, persona conocida o desconocida.

Lo primero que tienen que hacer es evitar que el agresor siga teniendo contacto con el niño la niña eso es inmediato mientras averiguan qué pasó, la primera acción que deben tomar es separar al agresor de esta persona.

El instituto nacional de ciencias forenses (INACIF) realizó en enero pasado un estudio de delitos sexuales a menores a nivel nacional en donde el género femenino tiene el 87 % y el masculino 12%.

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