Ciudad Guatemala

El bullying es lo peor que le puede pasar a un niño o un adolescente (II)


Los casos de bullying solo trascienden cuando el caso termina en el hospital o en el cementerio. Quienes sobreviven tienen secuelas para toda la vida.

  19 marzo, 2017 - 17:08 PM
(Segunda de dos partes)

Los que en un momento fuimos víctimas de los más grandes, de los más abusivos de la escuela, de los que llegaban de hogares violentos, de padres alcohólicos o de hogares destrozados, sabemos que un niño con esos problemas familiares busca en otros, sacar la cólera que ni siquiera entiende.

Y sus víctimas son los menos culpables de lo que les pasa. Por esa razón, es importante que a los más pequeños se les explique que no deben dejarse de los más grandes. Ni con bromas, ni con empujones, ni con amenazas. Deben aprender a denunciar al acosador.

Bullying

Si no les enseñamos que la denuncia es una forma de defensa, después de adultos, se puede llegar a ver la maldad y la injusticia, como algo normal.

Se dice que otro de los puntos que lleva a un niño a ser violento con sus compañeros es al que se les permite el acceso de contenidos audiovisuales llenos de violencia. Pero, quizá lo que más destacan es que cuando un niño crece con un padre violento, termina por reproducir ese comportamiento que para él es de lo más normal. Si su papá es así, por qué no él.

El bullying va más allá de los golpes…

Los que estudian el bullying señalan que una de las principales causas de esta forma de ser, es la ausencia de límites en el hogar. O bien, la forma de educar que se basa en los golpes violentos, las amenazas,  las intimidaciones y que se llega a la agresión física. De esta forma, el niño llega a pensar que la violencia es un modo aceptable para que un día en cualquier lugar, logre los objetivos que él quiera.

Bullying

El hombre de hoy, es el niño de ayer. Es que cualquier persona educada a través de la violencia física o sicológica, su aprendizaje de vida le dirá que la violencia es normal y crecerá con la convicción de que la podrá ejercer en otros sin problema. El agresor no es empático. Tampoco fue educado con valores necesarios para ser respetuoso a quienes son diferentes a él. Su autoestima es frágil y necesita reforzar su personalidad a través de la exhibición y el maltrato.

Esta clase de niños, son muy impulsivos, su personalidad es de alguien egocéntrico. A nivel académico siempre tiene malos resultados. No logra hacer verdaderos amigos porque trata de ser el controlador y sobre quien gire todo lo que realiza el grupo. Es como decimos, alguien de mal corazón, de mala entraña.

Las consecuencias son devastadoras

Hace unos días hablé con un amigo sicólogo y decía que las consecuencias del acoso escolar son devastadoras. Estos casos de bullying solo trascienden cuando el caso termina en el hospital o en el cementerio. Además, los que logran sobrevivir a ese maltrato inhumano, le quedan secuelas que muchas veces pueden durar toda la vida.

Bullying

Son secuelas que pueden llegar a destruir la autoestima de la víctima, y le va a afectar en su rendimiento escolar, en sus relaciones de hoy y de mañana, además de lo que puede ser su visión del mundo que le rodea.

Está comprobado que la mayoría de los niños que sufren acoso escolar presentan trastorno por estrés postraumático, que se traduce en ansiedad generalizada y una tendencia a la depresión.

El bullying contamina la infancia

Quizás alguien que lee esto, dirá que exagero. Que no es tan malo que un niño se enfrente a esas situaciones, porque le van a fortalecer el carácter. Pues viera que no es tan así. A las víctimas de bullying esta practica contamina su infancia y puede trascender hasta su vida adulta, con problemas de alimentación, abuso de alcohol y drogas. Podrá sufrir de estados de depresión que le marcarán su existencia.

Bullying

Ante este panorama, solo puedo pedir a padres y maestros hacer una reflexión profunda frente al bullying. Tienen que revisar la forma en que se educa a los niños. Jamás olviden que el acosador puede estar sufriendo de una personalidad disfuncional o bien, tener trastornos siquiátricos a pesar de su edad.

Como sociedad, debemos tener claro que esto que hoy les comparto, no es más que una parte de lo que somos como sociedad: egocéntricos, individualistas y desconectados de los demás. Aquí en Guatemala predomina aquello de “eso que veo no es asunto mío”. “Siempre y cuando no me afecte a mí, lo demás no me importa”.

Y quiero ser claro: una sociedad que deja a su suerte a los niños, que busca que sean otros los que los eduquen. Esos padres que no tienen tiempo para sus hijos. Que en casa apenas hablan y exigen el silencio de los pequeños, a quienes les niegan el derecho a hablar.

Los que dicen: cuando hablan los adultos, los niños escuchan, así que cállate la boca. Esos padres castrantes, son tan responsables como esos que a través del bulling y del daño que hacen a los otros, marcan la vida de un niño y destrozan su ilusión de ser considerado como un ser humano.

El bullying es lo peor que le puede pasar a un niño o un adolescente (I)

(Final)

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